lunes, 1 de junio de 2015

El teatro de la década de los 40 (Tres sombreros de copa)

EL TEATRO ESPAÑOL DESPUÉS DE LA GUERRA CIVIL

                  
                  
                     1- EL TEATRO DE LA DÉCADA DE LOS  40                                   






 1.1- ¿Qué factores políticos influyen negativamente en la mala situación del teatro español en la década de los 40?
Los factores que influyen negativamente en la mala situación del teatro español en la década de los 40 son:
1) Debido a la crisis económica que pasaba la España de esa época debido a la inmediata salida de una guerra, solo la gente con poder adquisitivo podía ir al teatro, dejando fuera a toda la gente de la clase baja.
2) Influye mucho también la muerte de los grandes autores que habían escrito teatro antes de la Guerra Civil, gente como Valle-Inclán, Lorca...
3) Y por último, al no quedar autores españoles debido a su muerte o al exilio, los empresarios tienen que recurrir a la traducción de obras teatrales de otros países. A esto se le suma la aparición del cine que deja al teatro en un segundo plano.
4) Otro factor importante que influye es la censura
 
1.2- Alta comedia: ¿De qué autor es heredero este teatro? ¿Qué temas trata? ¿Por qué crees que es un teatro que no ha pasado a la historia?
Este teatro es heredero del auto que estudiamos en el blog del teatro anterior a la Guerra Civil, Jacinto Benavente. Este teatro trata temas de la época sin importancia, en comparación con otros muchos temas que había que tratar. Estas obras al igual que las de Jacinto Benavente no han pasado a la historia por lo mismo que las de este autor. Porque de lo que habla constantemente es de la burguesía y las altas clases sociales y esto, hoy en día, a nosotros se nos queda muy atrasado, además de que desde el punto literario no aportan nada nuevo. Además, al igual que el teatro de Jacinto Benavente, es un teatro burgués, no tenían intención crítica, y si la había, era muy leve.
1.3- Teatro cómico renovador:






                                                 Miguel Mihura






                                          Enrique Jardiel Poncela

        1.3.1- ¿En qué se diferencia este teatro cómico del que se estaba haciendo hasta entonces?  ¿Quiénes son sus principales representantes?  ¿Qué tuvieron que hacer para que sus obras pudieran ser representadas?
En lo que se diferencia este teatro del teatro cómico tradicional es que, en este a diferencia del otro, no se buscaba la carcajada fácil, sino que buscan una nueva forma de ver el humor, desde un punto de vista más absurdo. Sus principales representantes son Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura. Dejar a un lado su ingenio para satisfacer lo que el público pedía.
     
       1.3.2- Tres sombreros de copa
   

                 - Argumento
Dionisio, un joven de veintisiete años, va a casarse con Margarita, una señorita de veinticinco. La noche previa a la boda se hospeda en un hotel donde conoce a Paula de la que se siente especialmente atraído. La muchacha trabaja en un circo y al día siguiente debutará en el Nuevo Music-Hall. A lo largo de la obra, Dionisio descubre por medio de Paula una manera distinta de vivir, de entender el mundo y de alcanzar la felicidad; gracias a la joven descubre la posibilidad de una existencia más imaginativa y libre. Sin embargo, cuando en el momento culminante de la acción tiene que decidirse entre Paula y Margarita, Dionisio no se atreverá a cambiar de vida, y opta por vivir con la burguesía.

                 - ¿Cuándo escribió Miguel Mihura esta obra y cuándo la estrenó? ¿A qué se debió que tardara tanto en estrenarla?
Miguel Mihura escribió esta obra en 1932, pese a esto no consiguió estrenarla hasta 1952 debido a lo novedoso que era el humor, y porque creía que la gente de la época no lo entendería, por este motivo ningún empresario se arriesgó a invertir en esta obra. Cuando la estrenó tuvo un éxito inmediato y totalmente inesperado para el autor. A partir de esta obra, el autor puede vivir del teatro.
                 - Mihura establece una comparación entre dos mundos aparentemente opuestos: ¿cuáles son? ¿qué personajes pertenecen a uno y otro? ¿qué diferencias hay entre esos dos mundos? ¿qué semejanzas?
La comparación que establece Mihura entre dos mundos son entre el mundo serio y monótono que aparece representado por su mujer (Margarita), y una vida alocada y espontánea representada por Paula. Los dos mundos son diferentes en muchas cosas como en como actúan, en como se ganan la vida, etc. Pero son muy similares en que los dos entran en un circulo vicioso que es la monotonía.
                   - ¿Qué es el teatro del absurdo? ¿Con qué finalidad utiliza Mihura el absurdo? 
El teatro absurdo es la representación de hechos sin sentido, que Mihura lo utiliza para representar lo absurda que es en ocasiones la vida.

                   - Lee estos textos y contesta las siguientes preguntas: 

                                                    TEXTO 1

1- ¿Qué característica de la sociedad convencional critica Mihura a través de lo que dice Don Rosario?
Yo pienso que lo que puede criticar Mihura a través de lo que dice Don Rosario es que los españoles de la época se creían todo lo que les decían pese a que ellos no lo habían comprobado sin verlo con sus propios ojos.


DON ROSARIO. Es la mejor habitación, don Dionisio. Y la más sana. El balcón
da al mar. Y la vista es hermosa. (Yendo hacia el balcón.) Acérquese. Ahora no

se ve bien porque es de noche. Pero, sin embargo, mire usted allí las lucecitas

de las farolas del puerto. Hace un efecto muy lindo. Todo el mundo lo dice.

¿Las ve usted?

DIONISIO. No. No veo nada.

DON ROSARIO. Parece usted tonto, don Dionisio.

DIONISIO. ¿Por qué me dice usted eso, caramba?

DON ROSARIO. Porque no ve las lucecitas. Espérese. Voy a abrir el balcón.

Así las verá usted mejor.

DIONISIO. No. No, señor. Hace un frío enorme. Déjelo. (Mirando

nuevamente.) ¡Ah! Ahora me parece que veo algo. (Mirando a través de los

cristales.) ¿Son tres lucecitas que hay allá a lo lejos?

DON ROSARIO. Sí. ¡Eso! ¡Eso!

DIONISIO. ¡Es precioso! Una es roja, ¿verdad?

DON ROSARIO. No. Las tres son blancas. No hay ninguna roja.

DIONISIO. Pues yo creo que una de ellas es roja. La de la izquierda.

DON ROSARIO. No. No puede ser roja. Llevo quince años enseñándoles a

todos los huéspedes, desde este balcón, las lucecitas de las farolas del puerto,

y nadie me ha dicho nunca que hubiese ninguna roja.

DIONISIO. Pero ¿usted no las ve?

DON ROSARIO. No. Yo no las veo. Yo, a causa de mi vista débil, no las he

visto nunca. Esto me lo dejó dicho mi papá. Al morir mi papá me dijo: «Oye,

niño, ven. Desde el balcón de la alcoba rosa se ven tres lucecitas blancas del

puerto lejano. Enséñaselas a los huéspedes y se pondrán todos muy

contentos...» Y yo siempre se las enseño...

DIONISIO. Pues hay una roja, yo se lo aseguro.

DON ROSARIO. Entonces, desde mañana, les diré a mis huéspedes que se

ven tres lucecitas: dos blancas y una roja... Y se pondrán más contentos

todavía. ¿Verdad que es una vista encantadora? ¡Pues de día es aún más

linda!...
                                              TEXTO 2

1-¿De qué intenta convencer Buby a Paula? ¿En qué motivos se basa?
Buby intenta convencer a Paula de que tiene que intentar cautivar a Dionisio, prácticamente hasta el punto de prostituirse y todo esto solo por conseguir dinero y unos cuantos regalos. Se basa en los motivos de que el dinero que cobra bailando no es suficiente para sobrevivir.
2- Aunque Buby es, en teoría, un miembro del mundo bohemio del espectáculo, ¿crees que sus ideas y su actitud es bohemia o burguesa? ¿Por qué?
Sus ideas y su actitud es burguesa, intenta aprovecharse de los demás o hacer cualquier cosa por conseguir dinero. Los bohemios lo que hacían era alejarse de las convenciones sociales y este hace todo lo contrario. Por tanto, Buby es un burgués con un disfraz de bohemio. Con este personaje se puede ver que no hay que relacionar al mundo del espectáculo con el bohemio, porque no siempre es así. Los únicos bohemios de la obra son: Paula, Dionisio y el militar.
3- Según esto, ¿hay muchas diferencias entre el mundo burgués y el del espectáculo? 
No, los dos mundos se mueven por dinero y los dos mundos (pese a que uno, el del espectáculo, en un principio debería ser mas libre y más bohemio) se mueven por el interés y los dos caen siempre en la misma rutina. Las únicas diferencias que hay entre ambos mundos es que los bohemios aparentan ser más libres (aunque no siempre es así) y no dan tanta importancia al dinero (aunque sí que se la dan, como vemos en este texto con Buby). Mientras que los burgueses se basan por los convencionalismos y las normas absurdas. Al final no hay bohemios, solo Paula, porque lo fácil es seguir las normas sociales.
  
(Pero BUBY se ha levantado y se interpone ante la puerta cerrando el paso
PAULAHa cambiado completamente de expresión y habla a PAULA en tono

apremiante.)

BUBY. ¿Algo?

PAULA(Disgustada.) ¡Oh, Buby...!

BUBY(Más enérgico.) ¿Algo?

PAULA. Él es un compañero... ¡Él trabajará con nosotros...!

BUBY. ¿Y qué importa eso? ¡Ya lo sé! Pero los compañeros también a veces

tienen dinero... (En voz baja.) Y nosotros necesitamos el dinero esta misma

noche... Tú lo sabes... Debemos todo... ¡Es necesario ese dinero, Paula...! ¡Si

no, todo está perdido...!

PAULA. Pero él es un compañero... Ha sido una mala suerte... Debes

comprenderlo, Buby...

(Se sienta. Y BUBY también. Pequeña pausa.)

BUBY. Realmente ha sido una mala suerte que esta habitación estuviese

ocupada por un lindo compañero... Porque él es lindo, ¿verdad? (Siempre

irónico, burlón y sentimental.) Sí. Yo sé que es lindo... ¡Ha sido una mala

suerte!... No es nada fácil descorrer un pestillo por dentro y hacer una buena

escena para encontrarse con que dentro de la habitación no hay un buen

viajero gordo con papel en la cartera, sino un mal malabarista sin lastre en el

chalequito... Verdaderamente ha sido una mala suerte...

PAULA. Buby... Esto que hacemos no es del todo divertido...

BUBY. No. Francamente, no es del todo divertido, ¿verdad? ¡Pero qué

vamos a hacerle!... El negro Buby no sabe bailar bien... ¡Y vosotras bailáis

demasiado mal!... (En este momento, en la habitación de al lado, el CORO DE

VIEJOS EXTRAÑOS empieza a cantar, muy en plan de orfeón, «El relicario».

Unos segundos, solamente. Sobre las últimas voces, ya muy piano, sigue 

hablando

BUBY.) Es difícil bailar, ¿no?... Duelen las piernas siempre y, al terminar, el

corazón se siente fatigado... Y, sin embargo, a alguna cosa se tienen que

dedicar las bonitas muchachas soñadoras cuando no quieren pasarse la vida en

el taller, o en la fábrica, o en el almacén de ropas. El teatro es lindo, ¿verdad?

¡Hay libertad para todo! Los padres se han quedado en la casita, allá lejos, con

su miseria y sus penas, con su puchero en el fuego... No hay que cuidar a los

hermanitos, que son muchos y que lloran siempre. ¡La máquina de coser se

quedó en aquel rincón! Pero bailar es difícil, ¿verdad, Paula?... Y los

empresarios no pagan con exceso a aquellos artistas que no gustan lo

suficiente... ¡El dinero nunca llega para nada!... ¡Y las muchachas lindas se

mueren de dolor cuando su sombrero se ha quedado cursi! ¡La muerte antes

que un sombrero cursi! ¡¡La muerte antes que un trajecito barato!! ¡¡¡Y la vida

entera por un abrigo de piel!!! (Dentro, el CORO DE VIEJOS EXTRAÑOS vuelve a

cantar algunos compases de «El relicario».) ¿Verdad, Paula? Sí. Paula ya sabe

de eso... Y es tan fácil que una muchacha bonita entre huyendo de su novio en

el cuarto de un señor que se dispone a dormir... ¡Es muy aburrido dormir solo

en el cuarto de un hotel! Y los gordos señores se compadecen siempre de las

muchachas que huyen de los negros y hasta, a veces, les suelen regalar

billetes de un bravo color cuando las muchachas son cariñosas... Y un beso no

tiene importancia... Ni dos, tampoco..., ¿verdad? Y después... ¡Ah, después, si

ellos se sienten defraudados, no es fácil que protesten!... ¡Los gordos

burgueses no quieren escándalos cuando saben además, que un negro es

amigo de la chica!... ¡Un negro con buenos puños que los golpearía si

intentasen propasarse!...
                                              TEXTO 3

 1- ¿Qué suelen hacer los señores como el Odioso Señor cuando llegan a la ciudad compañías de music hall?
Lo que suelen hacer es ir a buscar a las chicas que bailan para intentar cortejarlas con regalos para después tener un beneficio sexual.

2- ¿Cómo pretende conquistar a Paula?
El odioso señor pretende conquistar a Paula mediante una gran cantidad de cosas materiales: regalos, dinero... porque se piensa que todos son como él y se dejan guiar ciegamente por lo material, y no siempre es así.

3- ¿Entiende que le rechace? ¿Por qué?
No, no entiende que le rechace ya que él piensa que por ser el hombre más rico del pueblo tiene derecho a estar con la mujer que se le plazca en cualquier momento.

4- ¿Qué valores morales de la burguesía critica Mihura con este diálogo aparentemente tan absurdo?
Critica la superioridad que quieren aparentar las clases altas solo por el hecho de tener bienes materiales y dinero. Además, principalmente, de que dice constantemente cosas absurdas, como que se baña con focas y que tiene una piscina en la que se baña cinco veces al día, para intentar cautivar así a Paula.


(Entra por la izquierda EL ODIOSO SEÑOR.)

EL ODIOSO SEÑOR. ¡Hace demasiado calor en el otro cuarto! Todos están en

el otro cuarto... ¡Y han bebido tanto, que alborotan como perros...!

BUBY(Muy amable. Muy dulce.) ¡Oh, señor! ¡Pero siéntese usted aquí!

(Junto a PAULAen el sofá.) Aquí el aire es mucho más puro... Aquí el aire es

tan despejado que, de cuando en cuando, cruza un pajarillo cantando y las

mariposas van y vienen, posándose en las flores de las cortinas.

EL ODIOSO SEÑOR(sentándose junto a PAULA.) ¿Por fin debutan ustedes

mañana?

PAULA. Sí. Mañana debutamos...

EL ODIOSO SEÑOR. Iré a verlos, para reírme un rato... Yo tengo abonado un

proscenio... Siempre lo tengo abonado y veo siempre a las chiquitas que

trabajan por aquí... Yo soy el señor más rico de toda la provincia...

BUBY. Ser rico... debe ser hermoso, ¿verdad...?

EL ODIOSO SEÑOR(Orgulloso. Odioso.) Sí. Se pasa muy bien... Uno tiene

fincas... Y tiene estanques, con peces dentro... Uno come bien... Pollos, sobre

todo... Y langosta... Uno también bebe buenos vinos... Mis campos están llenos

de trigo...

PAULA. Pero ¿y por qué tiene usted tanto trigo en el campo?

EL ODIOSO SEÑOR. Algo hay que tener en el campo, señorita. Para eso están.

Y se suele tener trigo porque tenerlo en casa es muy molesto...

BUBY. Y, claro..., siendo tan rico..., ¡las mujeres le amarán siempre...!

EL ODIOSO SEÑOR. Sí. Ellas siempre me aman... Todas las chiquitas que han

pasado por este Music-Hall me han amado siempre... Yo soy el más rico de

toda la provincia... ¡Es natural que ellas me amen...!

BUBY. Es claro... Las pobres chicas aman siempre a los señores educados...

Ellas están tan tristes... Ellas necesitan el cariño de un hombre como usted...

Por ejemplo, Paula. La linda Paula se aburre... Ella, esta noche, no encuentra a

ningún buen amigo que le diga palabras agradables... Palabritas dulces de

enamorado... Ellas siempre están entre gente como nosotros, que no tenemos

campos y que viajamos constantemente, de un lado para otro, pasando por

todos los túneles de la Tierra.

EL ODIOSO SEÑOR. ¿Y es de pasar por tantos túneles de lo que se ha

quedado usted así de negro? ¡Ja, ja!

(Se ríe exageradamente de su gracia.)

BUBY(Como fijándose de pronto en una mariposa imaginaria y como

queriéndola coger.) ¡Silencio! ¡Oh! ¡Una linda mariposa! ¡Qué bellos colores

tiene! ¡Silencio! ¡Ahora se va por allí...! (Por la puerta de la izquierda, en la

que él ya está preparando el mutis.) ¡Voy a cerrar la puerta, y dentro la

cogeré! ¡No quiero que se me escape! ¡Con su permiso, señor!

(BUBY se ha ido, dejando la puerta cerrada. El señor se acerca más a

PAULAHay una pequeña pausa, violenta, en la que el señor no sabe cómo

iniciar la conversación. De pronto.)

EL ODIOSO SEÑOR. ¿De qué color tiene usted las ligas, señorita?

PAULA. Azules.

EL ODIOSO SEÑOR. ¿Azul claro o azul oscuro?

PAULA. Azul oscuro.

EL ODIOSO SEÑOR(Sacando un par de ligas de un bolsillo.) ¿Me permite

usted que le regale un par de azul claro? El elástico es del mejor.

(Las estira y se las da.)

PAULA(Tomándolas.) Muchas gracias. ¿Para qué se ha molestado?

EL ODIOSO SEÑOR. No vale la pena. En casa tengo más...

PAULA. ¿Usted vive en esta población?

EL ODIOSO SEÑOR. Sí. Pero todos los años me voy a Niza.

PAULA. ¿Y se lleva usted el trigo o lo deja aquí?

EL ODIOSO SEÑOR. ¡Oh, no! El trigo lo dejo en el campo... Yo pago a unos

hombres para que me lo guarden y me voy tranquilo a Niza... ¡En coche-cama,

desde luego!

PAULA. ¿No tiene usted automóvil?

EL ODIOSO SEÑOR. Sí. Tengo tres... Pero a mí no me gustan los automóviles,

porque me molesta eso de que vayan siempre las ruedas dando vueltas... Es

monótono... (De pronto.) ¿Qué número usa usted de medias?

PAULA. El seis.

EL ODIOSO SEÑOR(Saca de un bolsillo un par de medias, sin liar ni nada, y

se las regala.) ¡Seda pura! ¡Tire usted!

PAULA. No. No hace falta.

EL ODIOSO SEÑOR. Para que usted vea.

(Las coge y las estira. Tanto, que las medias se parten por la mitad.)

PAULA. ¡Oh, se han roto!

EL ODIOSO SEÑOR. No importa. Aquí llevo otro par.

(Tira las rotas al suelo. Saca otro par de un bolsillo y se las regala.)

PAULA. Muchas gracias.

EL ODIOSO SEÑOR. No vale la pena...

PAULA. ¿Entonces, todos los años se va usted a Niza?

EL ODIOSO SEÑOR. Todos los años, señorita... Allí tengo una finca, y lo paso

muy bien viendo ordeñar a las vacas. Tengo cien. ¿A usted le gustan las

vacas?

PAULA. Me gustan más los elefantes.

EL ODIOSO SEÑOR. Yo, en la India, tengo cuatrocientos... Por cierto que

ahora les he puesto trompa y todo. Me he gastado un dineral... (De pronto.)

Perdón, señorita; se me olvidaba ofrecerle un ramo de flores.

(Saca del bolsillo interior de la americana un ramo de flores y se lo

regala.)

PAULA(Aceptándolo.) Encantada.

EL ODIOSO SEÑOR. No vale la pena... Son de trapo.. Ahora, que el trapo es

del mejor...

(Y se acerca a PAULA.)

PAULA. ¿Es usted casado?

EL ODIOSO SEÑOR. Sí. Claro. Todos los señores somos casados. Los

caballeros se casan siempre... Por cierto que mañana, precisamente, tengo

que asistir a una boda... Se casa la hija de un amigo de mi señora y no tengo

más remedio que ir...

PAULA. ¿Una boda por amor?

EL ODIOSO SEÑOR. Sí. Creo que los dos están muy enamorados. Yo iré a la

boda, pero en seguida me iré a Niza...

PAULA. ¡Cómo me gustaría a mí también ir a Niza!

EL ODIOSO SEÑOR. Mi finca de allá es hermosa. Tengo una gran piscina, en la

que me doy cinco o seis baños diarios... ¿Usted también se baña con

frecuencia, señorita?

PAULA(Muy ingenua.) Sí. Pero claro está que no tanto como su tía de

usted...

EL ODIOSO SEÑOR(Algo desconcertado.) ¡Claro! (Y saca del bolsillo una

bolsa de bombones.) ¿Unos bombones, señorita? Para usted la bolsa...

PAULA(Aceptándolos.) Muchas gracias.

EL ODIOSO SEÑOR. Por Dios... ¿Y qué echa usted en el agua del baño?

PAULA. «Papillons de Printemps». ¡Es un perfume lindo!

EL ODIOSO SEÑOR. Yo echo focas. Estoy tan acostumbrado a bañarme en

Noruega, que no puedo habituarme a estar en el agua sin tener un par de

focas junto a mí. (Fijándose en PAULAque no come bombones.) Pero ¿no toma

usted bombones? (Saca un bocadillo del bolsillo.) ¿Quiere usted este bocadillo

de jamón?

PAULA. No tengo apetito.

EL ODIOSO SEÑOR(Sacando otro bocadillo de otro bolsillo.) ¿Es que lo

prefiere de caviar?

PAULA. No. De verdad. No quiero nada.

EL ODIOSO SEÑOR(Volviendo a guardárselos.) Es una lástima. En fin,

señorita... Acercándose más a ella.) ¿Me permite que le dé un beso? Después

de esta conversación tan agradable, se ve que hemos nacido el uno para el

otro...

PAULA(Desviándose.) No.

EL ODIOSO SEÑOR(Extrañado.) ¿Aún no? (Y entonces de otro bolsillo, saca

una carraca.) Con su permiso, me voy a tomar la libertad de regalarle esto. No

vale nada, pero es entretenido...

PAULA. (Cogiendo la carraca y dejándola sobre el sofá.) Muchas gracias.

EL ODIOSO SEÑOR. Y ahora, ¿la puedo dar un beso?

PAULA. No.

EL ODIOSO SEÑOR. Pues lo siento mucho, pero no tengo más regalos en los

bolsillos... Ahora que, si quiere usted, puedo ir a mi casa por más...

PAULA(Fingiendo mucha melancolía.) No. No se moleste.

EL ODIOSO SEÑOR. Parece que está usted triste... ¿Qué le pasa a usted?

PAULA. Sí. Estoy triste. Estoy horriblemente triste...

EL ODIOSO SEÑOR. ¿Acaso he cometido alguna incorrección, señorita?

PAULA. No. Estoy muy triste porque me pasa una cosa tremenda... ¡Soy

muy desgraciada!

EL ODIOSO SEÑOR. Todo tiene arreglo en la vida, nenita...

PAULA. No. Esto no tiene arreglo. ¡No puede tener arreglo!

EL ODIOSO SEÑOR. ¿Es que se le han roto a usted algunos zapatos?

PAULA. Me ha pasado otra cosa más terrible. ¡Soy muy desgraciada!

EL ODIOSO SEÑOR. Vamos, señorita. Cuénteme lo que le sucede...

PAULA. Figúrese usted que nosotros hemos llegado aquí esta tarde, de

viaje... Y yo llevaba una cartera y dentro llevaba unos cuantos ahorros... Unos

cuantos billetes... Y ha debido ser en el tren... Sin duda, mientras dormía... El

caso es que, al despertar, no encontré la cartera por ninguna parte... Figúrese

usted mi disgusto... Ese dinero me hacía falta para comprarme un abrigo... Y

ahora todo lo he perdido. ¡Soy muy desgraciada!

EL ODIOSO SEÑOR(Ya en guardia.) Vaya, vaya... ¿Y dice usted que la perdió

en el tren?

PAULA. Sí. En el tren.

EL ODIOSO SEÑOR. ¿Y miró usted bien por el departamento?

PAULA. Sí. Y por los pasillos.

EL ODIOSO SEÑOR. ¿Miró también en la locomotora?

PAULA. Sí. También miré en la locomotora... (Pausa.)

EL ODIOSO SEÑOR. ¿Y cuánto dinero llevaba usted en la cartera?

PAULA. Cuatro billetes.

EL ODIOSO SEÑOR. ¿Pequeños?

PAULA. Medianos.

EL ODIOSO SEÑOR. ¡Vaya! ¡Vaya! ¡Cuatro billetes!

PAULA. ¡Estoy muy disgustada, caballero...!

EL ODIOSO SEÑOR(Ya dispuesto a todo.) ¿Y dice usted que son cuatro

billetes?

PAULA. Sí. Cuatro billetes.

EL ODIOSO SEÑOR(Sonriendo pícaro.) Uno va todos los años a Niza y

conoce estas cosas, señorita... ¡Claro que si usted fuese cariñosa!... Aunque

hay que tener en cuenta que ya le he hecho varios regalos...

PAULA. No entiendo lo que quiere usted decir... Habla usted de una

forma...

EL ODIOSO SEÑOR(Sacando un billete de la cartera, y muy tunante.) ¿Para

quién va a ser este billetito?

PAULA. No se moleste, caballero... Es posible que aún la encuentre...

EL ODIOSO SEÑOR(Colocándole el billete en la mano.) Tómelo. Si la

encuentra ya me lo devolverá... Y ahora.... ¿Me permite usted que le dé un

beso?

PAULA(Apartándose aún.) ¡Tengo un disgusto tan grande! Porque figúrese

que no es un billete solamente... Son cuatro...

EL ODIOSO SEÑOR(Sacando nuevamente la cartera y de ella otros tres

billetes.) Vaya, vaya... (Muy mimoso.) ¿Para quién van a ser estos billetitos?

PAULA(Tomándolos, y ya cariñosa.) ¡Qué simpático es usted! (Y él le da

un beso. Después se levanta y echa los pestillos de las puertas. PAULA se pone

en guardia.) ¿Qué ha hecho usted?

EL ODIOSO SEÑOR. He cerrado las puertas...

PAULA(Levantándose.) ¿Para qué?

EL ODIOSO SEÑOR. Para que no puedan entrar ni los pájaros ni las

mariposas... (Va hacia ella y la abraza. Ya ha perdido toda su falsa educación.

Ya quiere cobrarse su dinero lo antes posible.) ¡Eres muy bonita!

PAULA(Enfadada.) ¡Abra usted las puertas!

EL ODIOSO SEÑOR. Luego abriremos las puertas, ¿verdad? ¡Siempre hay

tiempo para abrir las puertas!...

PAULA(Ya indignada e intentando zafarse de los brazos de EL ODIOSO

SEÑOR.¡Déjeme usted! ¡Usted no tiene derecho a esto! ¡Abra usted las

puertas!

EL ODIOSO SEÑOR. Yo no gasto mi dinero en balde, nenita...

PAULA(Furiosa.) ¡Yo no le he pedido a usted ese dinero! ¡Usted me lo ha

dado! ¡Déjeme usted! ¡Fuera de aquí! ¡Largo! ¡Voy a gritar!

EL ODIOSO SEÑOR. Le he dado a usted cuatro billetes... Usted tiene que ser

buena conmigo... Eres demasiado bonita para que te deje...

PAULA. ¡Yo no se los he pedido! ¡Déjeme ya! (Gritando.) ¡Buby! ¡Buby!

(El señor, brutote, brutote, insiste en abrazarla. Pero BUBY ha abierto la

puerta de la izquierda y contempla la escena, frío, frío. El señor le ve y,

sudoroso, descompuesto, fuera de sí, se dirige amenazador a PAULA.)

EL ODIOSO SEÑOR. ¡Devuélvame ese dinero! ¡Pronto! ¡Devuélvame ese

dinero! ¡Canallas!

PAULA(Tirándole el dinero, que el señor recoge.) ¡Ahí va su dinero!

EL ODIOSO SEÑOR. ¡Devuélvame las medias!

PAULA(Tirándole las medias.) ¡Ahí van sus medias!

EL ODIOSO SEÑOR. ¡Devuélvame las flores!

PAULA(Tirándoselas.) ¡Ahí van las flores!

EL ODIOSO SEÑOR. ¡Canallas! ¿Qué os habíais creído? (Va acercándose a la

puerta del foro y la abre.) ¿Pensabais engañarme entre los dos? ¡A mí! ¡A mí!

¡Canallas!

(Y hace mutis.)

                                                   TEXTO 4

1- ¿Por qué Paula está en contra del matrimonio: qué valores representa para ella el matrimonio?
Paula está en contra del matrimonio porque para ella es todo lo contrario a lo que es ella, una bohemia. Para ella el matrimonio representa los valores de la monotonía.
2- ¿Cuáles son las verdaderas aspiraciones de Paula en la vida? ¿A diferencia de Buby, es ella una auténtica bohemia? ¿Por qué?
Las verdaderas aspiraciones de Paula en la vida es ser feliz y disfrutar de la vida. Sí ella es una autentica bohemia porque no sigue las pautas marcadas por la sociedad, a diferencia de Buby esta no busca constantemente el dinero y otros bienes materiales porque le resultan irrelevantes. En este texto, Paula ve en Dionisio a otro bohemio.

Pausa. DIONISIOal oír la palabra «mañana», pierde de pronto su alegría y

su entusiasmo por los juegos junto al mar.)

DIONISIO. ¿Mañana...?

PAULA. ¡Mañana!

DIONISIO. No.

PAULA. ¿Por qué?

DIONISIO. Porque no puedo.

PAULA. ¿Tienes que ensayar?

DIONISIO. No.

PAULA. Entonces, entonces, ¿qué tienes que hacer?

DIONISIO. Tengo... que hacer.

PAULA. ¡Lo dejas para otro día! ¡Hay muchos días! ¡Qué más da! ¿Es muy

importante lo que tienes que hacer...?

DIONISIO. Sí.

PAULA. ¿Negocio?

DIONISIO. Negocio.

(Pausa.)

PAULA(De pronto.) Novia no tendrás tú, ¿verdad...?

DIONISIO. No; novia, no.

PAULA. ¡No debes tener novia! ¿Para qué quieres tener novia? Es mejor que

tengas sólo una amiga buena, como yo... Se pasa mejor... Yo no quiero tener

novio... porque yo no me quiero casar. ¡Casarse es ridículo! ¡Tan tiesos! ¡Tan

pálidos! ¡Tan bobos! Qué risa, ¿verdad...? ¿Tú piensas casarte alguna vez?

DIONISIO. Regular.

PAULA. No te cases nunca... Estás mejor así... Así estás más guapo... Si tú

te casas, serás desgraciado... Y engordarás bajo la pantalla del comedor... Y,

además, ya nosotros no podremos ser amigos más... ¡Mañana iremos a la

playa a comer cangrejos! Y pasado mañana tú te levantarás temprano y yo

también... Nos citaremos abajo y nos iremos en seguida al puerto y

alquilaremos una barca... ¡Una barca sin barquero! Y nos llevamos el bañador

y nos bañamos lejos de la playa, donde no se haga pie... ¿Tú sabes nadar...?

DIONISIO. Sí. Nado muy bien...

PAULA. Más nado yo. Yo resisto mucho. Ya lo verás...

DIONISIO. Yo sé hacer el muerto y bucear...

PAULA. Yo hago la carpa... y, desde el trampolín, sé hacer el ángel...

DIONISIO. Y yo cojo del fondo diez céntimos con la boca...

PAULA. ¡Oh! ¡Qué bien! ¡Qué gran día mañana! ¡Y pasado! ¡Ya verás,

Dionisio, ya verás! ¡Nos tostaremos al sol!

                                                   TEXTO 5
Este texto es un fragmento importantísimo de la obra ya que contrapone las ideas de los dos mundos y (aunque las exagera) dice muchas de las cosas absurdas que hacen los burgueses.



1- ¿A qué grupo social representa don Sacramento?
Claramente el grupo social al que representa don Sacramento es a la burguesía. Este es contrario a todas las ideas bohemias o cosas que se salgan de los límites establecidos por la sociedad. Él, al igual que pasaba con don Rosario sigue las cosas que le dicen ciegamente sin pensar en ello. Esto lo vemos aquí:


"¡Usted no podrá salir por las noches a pasear bajo la

lluvia! Usted, además, tendrá que levantarse a las seis y cuarto para

desayunar a las seis y media un huevo frito con pan...

DIONISIO. A mí no me gustan los huevos fritos...

DON SACRAMENTO. ¡A las personas honorables les tienen que gustar los

huevos fritos, señor mío! Toda mi familia ha tomado siempre huevos fritos

para desayunar... Sólo los bohemios toman café con leche y pan con manteca."

Aquí como ya he dicho se ve una serie de cosas absurdas que marca la sociedad y que hay que seguir a rajatabla porque sino se te tacha de bohemio.

2- Haz un listado de todas las cosas que, según don Sacramento, se pueden y no se pueden hacer para no ser un bohemio
Todas las cosas que no se pueden hacer para no ser un bohemio son:
-Salir a pasear bajo la lluvia
-No llevar ruedas de patatas en los bolsillos
-No llevar tafetán para las heridas
-No poner cuadros en las paredes
-No poner cuadros con la foto de su abuelo con el uniforme de trabajo
-No tener una foto de la primera comunión
-No despertarse a las 6:15
-No desayunar a las 6:30
-No desayunar huevos 
-No tomar pan con manteca
-No hablar con centenarios

Con estas cosas que dice y hace (cosas como las de jugar con la carraca), se ve que Don Sacramento, al igual que Paula, es otro niño, pero a diferencia de esta, él lo es por haber vivido demasiado poco.3- ¿Qué critica Mihura a través de las absurdas imposiciones de don Sacramento?
Como he dicho en el primer ejercicio lo que critica a través de esto es que la gente no podía salirse de los límites sociales si no quería ser tachado de bohemio. Y que la gente seguía estas cosas sin pararse a pensar el por qué de esto. 

La misma decoración. Continúa la acción del segundo acto, un minuto

después en que éste quedó interrumpido.

(DIONISIO acaba de ocultar el cuerpo de PAULA tras de la cama y el biombo,

mientras sigue llamando DON SACRAMENTODIONISIOuna vez asegurado que

PAULA está bien oculta, va a abrir.)

DON SACRAMENTO(Dentro.) ¡Dionisio! ¡Dionisio! ¡Abra! ¡Soy yo! ¡Soy don

Sacramento! ¡Soy don Sacramento! ¡Soy don Sacramento!...

DIONISIO. Sí... Ya voy... (Abre. Entra DON SACRAMENTOcon levita, sombrero

de copa y un paraguas.) ¡Don Sacramento!

DON SACRAMENTO. ¡Caballero! ¡Mi niña está triste! Mi niña, cien veces llamó

por teléfono, sin que usted contestase a sus llamadas. La niña está triste y la

niña llora. La niña pensó que usted se había muerto. La niña está pálida... ¿Por

qué martiriza usted a mi pobre niña?...

DIONISIO. Yo salí a la calle, don Sacramento... Me dolía la cabeza... No

podía dormir... Salí a pasear bajo la lluvia. Y en la misma calle, di dos o tres

vueltas... Por eso yo no oí que ella me llamaba... ¡Pobre Margarita!... ¡Cómo

habrá sufrido!

DON SACRAMENTO. La niña está triste. La niña está triste y la niña llora. La

niña está pálida. ¿Por qué martiriza usted a mi pobre niña?...

DIONISIO. Don Sacramento... Ya se lo he dicho... Yo salí a la calle... No

podía dormir.

DON SACRAMENTO. La niña se desmayó en el sofá malva de la sala rosa...

¡Ella creyó que usted se había muerto! ¿Por qué salió usted a la calle a pasear

bajo la lluvia?...

DIONISIO. Me dolía la cabeza, don Sacramento...

DON SACRAMENTO. ¡Las personas decentes no salen por la noche a pasear

bajo la lluvia...! ¡Usted es un bohemio, caballero!

DIONISIO. No, señor.

DON SACRAMENTO. ¡Sí! ¡Usted es un bohemio, caballero! ¡Sólo los bohemios

salen a pasear de noche por las calles!

DIONISIO. ¡Pero es que me dolía mucho la cabeza!

DON SACRAMENTO. Usted debió ponerse dos ruedas de patata en las sienes...

DIONISIO. Yo no tenía patatas...

DON SACRAMENTO. Las personas decentes deben llevar siempre patatas en

los bolsillos, caballero... Y también deben llevar tafetán para las heridas...

Juraría que usted no lleva tafetán...

DIONISIO. No, señor.

DON SACRAMENTO. ¿Lo está usted viendo? ¡Usted es un bohemio,

caballero!... Cuando usted se case con la niña, usted no podrá ser tan

desordenado en el vivir. ¿Por qué está así este cuarto? ¿Por qué hay lana de

colchón en el suelo? ¿Por qué hay papeles? ¿Por qué hay latas de sardinas

vacías? (Cogiendo la carraca que estaba en el sofá.) ¿Qué hace aquí esta

carraca?

(Y se queda con ella, distraído, en la mano. Y, de cuando en cuando, la

hará sonar mientras habla.)

DIONISIO. Los cuartos de los hoteles modestos son así... Y éste es un

hotel modesto... ¡Usted lo comprenderá, don Sacramento!...

DON SACRAMENTO. Yo no comprendo nada. Yo no he estado nunca en ningún

hotel. En los hoteles sólo están los grandes estafadores europeos y las

vampiresas internacionales. Las personas decentes están en sus casas y

reciben a sus visitas en el gabinete azul, en donde hay muebles dorados y

antiguos retratos de familia... ¿Por qué no ha puesto usted en este cuarto los

retratos de su familia, caballero?

DIONISIO. Yo sólo pienso estar aquí esta noche...

DON SACRAMENTO. ¡No importa, caballero! Usted debió poner cuadros en las

paredes. Sólo los asesinos o los monederos falsos son los que no tienen

cuadros en las paredes... Usted debió poner el retrato de su abuelo con el

uniforme de maestrante...

DIONISIO. Él no era maestrante... El era tenedor de libros...

DON SACRAMENTO. ¡Pues con el uniforme de tenedor de libros! ¡Las personas

honradas se tienen que retratar de uniforme, sean tenedores de libros o sean

lo que sean! ¡Usted debió poner también el retrato de un niño en traje de

primera comunión!

DIONISIO. Pero ¿qué niño iba a poner?

DON SACRAMENTO. ¡Eso no importa! ¡Da lo mismo! Un niño. ¡Un niño

cualquiera! ¡Hay muchos niños! ¡El mundo está lleno de niños de primera

comunión!... Y también debió usted poner cromos... ¿Por qué no ha puesto

usted cromos? ¡Los cromos son preciosos! ¡En todas las casas hay cromos!

«Romeo y Julieta hablando por el balcón de su jardín», «Jesús orando en el

Huerto de los Olivos», «Napoleón Bonaparte, en su destierro de la isla de

Santa Elena»... (En otro tono, con admiración.) Qué gran hombre Napoleón,

¿verdad?

DIONISIO. Sí. Era muy belicoso... ¿Era ese que llevaba siempre así la

mano?

(Se mete la mano en el pecho.)

DON SACRAMENTO(Imitando la postura.) Efectivamente, llevaba siempre así

la mano...

DIONISIO. Debía de ser muy difícil!, ¿verdad?

DON SACRAMENTO(Con los ojos en blanco.) ¡Sólo un hombre como él podía

llevar siempre así la mano!...

DIONISIO(Poniéndose la otra mano en la espalda.) Y la otra la llevaba

así...

DON SACRAMENTO(Haciendo lo mismo.) Efectivamente, así la llevaba.

DIONISIO. ¡Qué hombre!

DON SACRAMENTO. ¡Napoleón Bonaparte!... (Pausa admirativa, haciendo los

dos de Napoleón. Después, DON SACRAMENTO sigue hablando en el mismo tono

anterior.) Usted tendrá que ser ordenado... ¡Usted vivirá en mi casa, y mi casa

es una casa honrada! ¡Usted no podrá salir por las noches a pasear bajo la

lluvia! Usted, además, tendrá que levantarse a las seis y cuarto para

desayunar a las seis y media un huevo frito con pan...

DIONISIO. A mí no me gustan los huevos fritos...

DON SACRAMENTO. ¡A las personas honorables les tienen que gustar los

huevos fritos, señor mío! Toda mi familia ha tomado siempre huevos fritos

para desayunar... Sólo los bohemios toman café con leche y pan con manteca.

DIONISIO. Pero es que a mí me gustan más pasados por agua... ¿No me los

podían ustedes hacer a mí pasados por agua...?

DON SACRAMENTO. No sé. No sé. Eso lo tendremos que consultar con mi

señora. Si ella lo permite, yo no pondré inconveniente alguno. ¡Pero le advierto

a usted que mi señora no tolera caprichos con la comida!...

DIONISIO(Ya casi llorando.) ¡Pero yo qué le voy a hacer si me gustan más

pasados por agua, hombre!

DON SACRAMENTO. Nada de cines, ¿eh?... Nada de teatros. Nada de

bohemia... A las siete, la cena... Y después de la cena, los jueves y los

domingos, haremos una pequeña juerga. (Picaresco.) Porque también el

espíritu necesita expansionarse, ¡qué diablo! (En este momento se le

descompone la carraca, que estaba tocando. Y se queda muy preocupado.)¡Se

ha descompuesto!...

DIONISIO(Como en el acto anterior Paula, él la coge se la arregla.) Es

así.

(Y se la vuelve a dar a DON SACRAMENTO que, muy contento, la toca de

cuando en cuando.)

DON SACRAMENTO. La niña los domingos, tocará el piano, Dionisio... Tocará

el piano, y quizá, quizá, si estamos en vena, quizá recibamos alguna visita...

Personas honradas, desde luego... Por ejemplo, haré que vaya el señor

Smith... Usted se hará en seguida amigo suyo y pasará charlando con él muy

buenos ratos... El señor Smith es una persona muy conocida... Su retrato ha

aparecido en todos los periódicos del mundo... ¡Es el centenario más famoso

de la población! Acaba de cumplir ciento veinte años y aún conserva cinco

dientes... ¡Usted se pasará hablando con él toda la noche!... Y también irá su

señora...

DIONISIO. ¿Y cuántos dientes tiene su señora?

DON SACRAMENTO. ¡Oh, ella no tiene ninguno! Los perdió todos cuando se

cayó por aquella escalera y quedó paralítica para toda su vida, sin poderse

levantar de su sillón de ruedas... ¡Usted pasará grandes ratos charlando con

este matrimonio encantador!

DIONISIO. Pero ¿y si se me mueren cuando estoy hablando con ellos? ¿Qué

hago yo, Dios mío?

DON SACRAMENTO. ¡Los centenarios no se mueren nunca! ¡Entonces no

tendrían ningún mérito, caballero!... (Pausa. DON SACRAMENTO hace un gesto, de

olfatear.) Pero... ¿a qué huele en este cuarto?... Desde que estoy aquí noto yo

un olor extraño... Es un raro olor... ¡Y no es nada agradable este olor!...

DIONISIO. Se habrán dejado abierta la puerta de la cocina...

DON SACRAMENTO(Siempre olfateando.) No. No es eso... Es como si un

cuerpo humano se estuviese descomponiendo...

DIONISIO(Aterrado. Aparte.) ¡Dios mío! ¡Ella se ha muerto!...

DON SACRAMENTO. ¿Qué olor es éste, caballero? ¡En este cuarto hay un

cadáver! ¿Por qué tiene usted cadáveres en su cuarto? ¿Es que los bohemios

tienen cadáveres en su habitación?...

DIONISIO. En los hoteles modestos siempre hay cadáveres...

DON SACRAMENTO(Buscando.) ¡Es por aquí! Por aquí debajo. (Levanta la

colcha de la cama y descubre los conejos que tiró EL CAZADORLos coge.) ¡Oh,

aquí está! ¡Dos conejos muertos! ¡Es esto lo que olía de este modo!... ¿Por qué

tiene usted dos conejos debajo de su cama? En mi casa no podrá usted tener

conejos en su habitación... Tampoco podrá usted tener gallinas... ¡Todo lo

estropean!...

DIONISIO. Estos no son conejos. Son ratones...

DON SACRAMENTO. ¿Son ratones?

DIONISIO. Sí, señor. Son ratones. Aquí hay muchos...

DON SACRAMENTO. Yo nunca he visto unos ratones tan grandes...

DIONISIO. Es que como éste es un hotel pobre, los ratones son así... En los

hoteles más lujosos, los ratones son mucho más pequeños... Pasa igual que

con las barritas de Viena...

DON SACRAMENTO. ¿Y los ha matado usted?

DIONISIO. Sí. Los he matado yo con una escopeta. El dueño le da a cada

huésped una escopeta para que mate los ratones...

DON SACRAMENTO(Mirando una etiqueta del conejo.) Y estos números que

tienen al cuello, que significan? Aquí pone 3,50...

DIONISIO. No es 3,50. Es 350. Como hay tantos, el dueño los tiene

numerados, para organizar concursos. Y al huésped que, por ejemplo, mate el

número 14, le regala un mantón de Manila o una plancha eléctrica...

DON SACRAMENTO. ¡Qué lástima que no le haya a usted tocado el mantón!

¡Podríamos ir a la verbena!... ¿Y qué piensa usted hacer con estos ratones?...

DIONISIO. No lo he pensado todavía... Si quiere usted se los regalo...

DON SACRAMENTO. ¿A usted no le hacen falta?

DIONISIO. No. Yo ya tengo muchos. Se los envolveré en un papel.

(Coge un papel que hay en cualquier parte y se los envuelve. Después se

los da.)

DON SACRAMENTO. Muchas gracias, Dionisio. Yo se los llevaré a mis

sobrinitos para que jueguen... ¡Ellos recibirán una gran alegría!... Y ahora,

adiós, Dionisio. Voy a consolar a la niña, que aún estará desmayada en el sofá

malva de la sala rosa... (Mira el reloj.) Son las seis cuarenta y tres. Dentro de

un rato, el coche vendrá a buscarle para ir a la iglesia. Esté preparado... ¡Qué

emoción! ¡Dentro de unas horas usted será esposo de mi Margarita!...

DIONISIO. Pero ¿le dirá usted a su señora que a mí me gustan más los

huevos pasados por agua?

DON SACRAMENTO. Sí. Se lo diré. Pero no me entretenga. ¡Oh, Dionisio! Ya

estoy deseando llegar a casa para regalarles esto a mis sobrinitos... ¡Cómo van

a llorar de alegría los pobres pequeños niños!

DIONISIO. ¿Y también les va usted a regalar la carraca?

DON SACRAMENTO. ¡Oh, no! ¡La carraca es para mí!

(Y se va por la puerta del foro. PAULA asoma la cabeza por detrás de la

cama y mira a DIONISIO tristemente. DIONISIOque ha ido a cerrar la puerta,

al volverse, la ve.) 
                                                 TEXTO 6

1- ¿De qué se ha dado cuenta Dionisio esa noche?
Dionisio se ha dado cuenta de que él no quiere casarse. Él lo iba a hacer porque es lo que hacen todas las personas normales, y como él dice, hay que hacerlo a los 27 años porque es lo que marca la sociedad. Pero ahora se ha dado cuenta de lo que realmente simboliza el matrimonio y ha abierto los ojos y por un momento ha hecho lo que nunca nadie hace, plantearse el por qué de esas pautas. Si nos fijamos Mihura nunca hace un drama, siempre que las cosas se están poniendo tristes dice o hace algo absurdo para quitarle importancia.

2- ¿Qué diferencias hay entre Paula y Margarita?

Muchas, Paula representa todo lo contrario que Margarita. Margarita representa el mundo burgués que sigue las pautas sociales sin plantearse el porque y se dedica a vivir una vida basada en las apariencias, mientras que Paula representa el mundo bohemio que no sigue ninguna pauta social y que le da igual las apariencias que de al resto de gente porque lo único que busca es ser feliz.

3- ¿Qué crees que puede simbolizar el hecho de que finalmente Dionisio renuncie a sus sueños y termine casándose con Margarita?

Yo creo que simboliza que rompe los canones que marca la sociedad, que deja a un lado las apariencias y todo el "mundillo" en el que ha vivido de pequeño para pasar al mundo de la bohemia.
4- ¿Qué crees que puede simbolizar el título de la obra? (recuerda el uso que se hace de los sombreros a lo largo de la obra)       

Yo creo que lo que hace el autor con estos sombreros es una metáfora, ya que cuando Dionisio hace malabares, estos siempre terminan en el suelo. Que estos terminen en el suele puede ser que pasa al igual que con sus sentimientos o ilusiones, que se ven pisoteados. Además de esto también puede ser la unión entre dos mundos ya que un sombrero que usas para casarte puede servir para hacer malabares, y un sombrero que sirve para hacer malabares (como el que le regala Paula) puede servir para casarte. El final de la obra es un final cerrado en el que triunfan los convencionalismos. 

(Y se va por la puerta del foro. PAULA asoma la cabeza por detrás de la

cama y mira a DIONISIO tristemente. DIONISIOque ha ido a cerrar la puerta,

al volverse, la ve.) 
PAULA. ¡Oh! ¿Por qué me ocultaste esto? ¡Te casas, Dionisio!...

DIONISIO(Bajando la cabeza.) Sí...

PAULA. No eras ni siquiera un malabarista...

DIONISIO. No.

PAULA(Se levanta. Va hacia la puerta de la izquierda.) Entonces yo debo

irme a mi habitación...

DIONISIO(Deteniéndola.) Pero tú estabas herida... ¿Qué te hizo Buby?

PAULA. Fue un golpe nada más... Me dejó K.O. ¡Debí de perder el

conocimiento unos momentos. Es muy bruto Buby... Me puede siempre...

(Después.) ¡Te casas, Dionisio!...

DIONISIO. Sí.

PAULA(Intentando nuevamente irse.) Yo me voy a mi habitación...

DIONISIO. No.

PAULA. ¿Por qué?

DIONISIO. Porque esta habitación es más bonita. Desde el balcón se ve el

puerto...

PAULA. ¡Te casas, Dionisio!

DIONISIO. Sí. Me caso, pero poco...

PAULA. ¿Por qué no me lo dijiste...?

DIONISIO. No sé. Tenía el presentimiento de que casarse era ridículo...

¡Que no me debía casar...! Ahora veo que no estaba equivocado... Pero yo me

casaba, porque yo me he pasado la vida metido en un pueblo pequeñito y

triste y pensaba que para estar alegre había que casarse con la primera

muchacha que, al mirarnos, le palpitase el pecho de ternura... Yo adoraba a mi

novia... Pero ahora veo que en mi novia no está la alegría que yo buscaba... A

mi novia tampoco le gusta ir a comer cangrejos frente al mar, ni ella se

divierte haciendo volcanes en la arena... Y ella no sabe nadar... Ella, en el

agua, da gritos ridículos... Hace así: «¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!» Y ella sólo ama cantar

junto al piano El pescador de perlas. El pescador de perlas es horroroso,

Paula. Ella tiene voz de querubín, y hace así: (Canta.) Tralaralá... piri, piri, piri,

piri... Y yo no había caído en que las voces de querubín están llenas de

vanidad y que, en cambio, hay discos de gramófono que se titulan «Ámame en

diciembre lo mismo que me amas en mayo», y que nos llenan el espíritu de

sencillez y de ganas de dar saltos mortales... Yo no sabía tampoco que había

mujeres como tú, que al hablarnos no les palpita el corazón, pero les palpitan

los labios en un constante sonreír... Yo no sabía nada de nada. Yo sólo sabía

pasear silbando junto al quiosco de la música... Yo me casaba porque todos se

casan siempre a los veintisiete años... Pero ya no me caso, Paula... ¡Yo no

puedo tomar huevos fritos a las seis y media de la mañana...!

PAULA(Ya sentada en el sofá.) Ya te ha dicho ese señor del bigote que los

harán pasados por agua...

DIONISIO. ¡Es que a mí no me gustan tampoco pasados por agua! ¡A mí

sólo me gusta el café con leche, con pan y manteca! ¡Yo soy un terrible

bohemio! Y lo más gracioso es que yo no lo he sabido hasta esta noche que

viniste tú... y que vino el negro..., y que vino la mujer barbuda... Pero yo no

me caso, Paula. Yo me marcharé contigo y aprenderé a hacer juegos

malabares con tres sombreros de copa...

No hay comentarios:

Publicar un comentario