lunes, 18 de mayo de 2015

Novela posterior a la Guerra Civil

LA NOVELA ESPAÑOLA DESPUÉS DE LA GUERRA CIVIL




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                                                               1-  LA GENERACIÓN DE POSGUERRA

             1.1- PANORAMA DE LA NOVELA  TRAS LA GUERRA







                    1.1.1- ¿Cómo era la situación de la novela española tras la guerra civil y por qué?
La situación de la novela española tras la guerra civil era muy mala ya que el avance literario se frenó en seco. Esto sucedió por cuatro razones: 1) Mueren autores muy importantes para la literatura española. 2) Muchos autores se tienen que ir exiliados. 3) La dictadura impide que se siga haciendo la literatura civil que se venía haciendo. 4) Las circunstancias de la época hacen que pierda sentido la literatura vanguardista.
                    1.1.2- ¿Qué novela supuso un cambio en este panorama? 
Debido a todo esto que he dicho en la pregunta anterior tuvo que surgir una nueva novela, esta fue la novela de postguerra (1939-1950). Como ya he dicho, estos tuvieron que empezar de cero, por este motivo hicieron distintos tipos de novela para ver cual era la que más triunfaba. Las novelas que probaron fueron: Novela triunfalista, novela psicológica, novela poética, novela simbólica, el tremendismo, la novela existencial y otras inclasificables.


                    1.1.3- Autor y fecha de publicación
El autor de "la familia de Pascual Duarte" es el escritor gallego Camilo José Cela. Esta novela la publico en el año 1942. 
                    1.1.4- Explica el argumento
La historia trata de un chico (Pascual) que nace en una familia muy pobre y con muchos problemas. El padre era alcohólico y discutía constantemente con su madre, la única persona capaz de calmarles era su hija Rosario, pero esta se va de casa y termina prostituyéndose. La madre de Pascual se queda embarazada de Mario quien morirá al cumplir los 10 años de vida. Pascual comienza a odiar a su madre el día que Mario muere y esta no llora. Pascual comienza a tener una relación con una muchacha llamada Lola. Estos se van a casar y a tener un hijo, pero Lola sufre un aborto natural al caerse de una yegua. Lola vuelve a quedarse embarazada pero el hijo muere a los 11 meses. Pascual abandona el hogar, pero a los 2 años vuelve. A su vuelta descubre que su mujer está embarazada del Estirao. Pascual mata a este y por eso va a la cárcel y al salir de prisión llega a su casa y mata a su madre. 
                    1.1.5- ¿En qué radica su importancia en esos momentos dentro la novela española de posguerra?
Su importancia radica en que la obra es capaz de reflejar el pesimismo que se respiraba en España después de la Guerra Civil. 
                    1.1.5- ¿Qué es el tremendismo? Explica sus características lingüísticas
El tremendismo es una tendencia iniciada por Camilo José Cela. Las obras que crean esta tendencia son novelas que nos retratan un mundo y unos personajes dominados por la violencia y por la miseria. El lenguaje que emplea es coloquial, y recurre en muchas ocasiones  a palabras rurales. Utiliza mucho el hipérbaton y el constante uso de refranes.
                    1.1.6- Lee estos textos y contesta las siguientes preguntas:
                                                                   
                                                                  TEXTO 1

1- ¿A qué achaca Pascual sus crímenes?
Pascual cuenta esta historia para justificar sus crímenes, al igual que Lázaro lo hace en "el Lazarillo de Tormes" . Pascual claramente achaca sus crímenes a la inestabilidad que le daba su hogar, es decir, en el ambiente en el que se ha criado. Él estaba rodeado de un padre borracho y narcotraficante y de una madre alcohólica. Estos dos se llevaban a matar, cosa que no ayuda a la crianza de un niño en edades tempranas. "Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo" Ya solo viendo la primera frase ya sabemos por donde va a encaminar lo que va a decir. "Cuando se enfurecía, cosa que le ocurría con mayor frecuencia de lo que se necesitaba, nos pegaba a mi madre y a mí las grandes palizas por cualquiera la cosa, palizas que mi madre procuraba devolverle por ver de corregirlo" Aquí se puede ver lo que digo de que había gran inestabilidad familiar y que sus padres se llevaban mal, y que su padre era un violento. "El vino en cambio ya no le disgustaba tanto y siempre que apañaba algunas perras, o que le rebuscaba el chaleco al marido, me mandaba a la taberna por una frasca que escondía" Aquí vemos lo que dije anteriormente de que su madre era alcohólica. 
2-¿Cómo había sido su vida familiar?
Muy complicada y con constantes discusiones entre la madre y el padre. Sus padres se llevaban fatal, hasta el punto de llegar a las manos.
3-¿Qué le había pasado a su padre?
Que había estado en la cárcel por traficar con drogas.
4-¿Cómo se llevaban sus padres?
Se llevan fatal, tienen una relación muy mala que perjudica en todos los aspectos a la crianza de su hijo Pascual.
5-¿Qué diferencias de opinión tenían sobre la necesidad de que Pascual estudiara?
El padre creía que estudiar nunca era malo y que no había problemas porque estudiara, mientras que la madre pensaba que no hacía falta que lo hiciera.
6-¿Crees que pudo influir este ambiente en sus posteriores crímenes? Justifica tu respuesta
Por supuesto, como dice el dicho "de lo que se come se cría". Si tu creces en un ambiente violento, de constantes peleas, con un padre que trafica con drogas, una madre alcohólica, lo raro es que no salgas violento o por lo menos con esta tendencia. 



Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera y en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte. Hay hombres a quienes se les ordena marchar por el camino de las flores, y hombres a quienes se les manda tirar por el camino de los cardos y de las chumberas. Aquellos gozan de un mirar sereno y al aroma de su felicidad sonríen con la cara del inocente; estos otros sufren del sol violento de la llanura y arrugan el ceño como las alimañas por defenderse. Hay mucha diferencia entre adornarse las carnes con arrebol y colonia, y hacerlo con tatuajes que después nadie ha de borrar ya.
 
Nací hace ya muchos años -lo menos cincuenta y cinco- en un pueblo perdido por la provincia de Badajoz; el pueblo estaba a unas dos leguas de Almendralejo, agachado sobre una carretera lisa y larga como un día sin pan, lisa y larga como los días -de una lisura y una largura como usted para su bien, no puede ni figurarse- de un condenado a muerte.(...)
 De mi niñez no son precisamente buenos recuerdos los que guardo. Mi padre se llamaba Esteban Duarte Diniz, y era portugués, cuarentón cuando yo niño, y alto y gordo como un monte. Tenía la color tostada y un estupendo bigote negro que se echaba para abajo. Según cuentan, cuando joven le tiraban las guías para arriba, pero, desde que estuvo en la cárcel, se le arruinó la prestancia, se le ablandó la fuerza de bigote y ya para abajo hubo que llevarlo hasta el sepulcro. Yo le tenía un gran respeto y no poco miedo, y siempre que podía escurría el bulto y procuraba no tropezármelo; era áspero y brusco y no toleraba que se le contradijese en nada, manía que yo respetaba por la cuenta que me tenía. Cuando se enfurecía, cosa que le ocurría con mayor frecuencia de lo que se necesitaba, nos pegaba a mi madre y a mí las grandes palizas por cualquiera la cosa, palizas que mi madre procuraba devolverle por ver de corregirlo, pero ante las cuales a mí no me quedaba sino resignación dados mis pocos años. ¡Se tienen las carnes muy tiernas a tan corta edad! Ni con él ni con mi madre me atreví nunca a preguntar de cuando lo tuvieron encerrado, porque pensé que mayor prudencia sería el no meter los perros en danza, que ya por sí solos danzaban más de lo conveniente; claro es que en realidad no necesitaba preguntar nada porque como nunca faltan almas caritativas, y menos en los pueblos de tan corto personal, gentes hubo a quienes faltó tiempo para venir a contármelo todo. Lo guardaron por contrabandista; por lo visto había sido su oficio durante muchos años, pero como el cántaro que mucho va a la fuente acaba po romperse, y como no hay oficio sin quiebra, ni atajo sin trabajo, un buen día, a lo mejor cuando menos lo pensaba -que la confianza es lo que pierde a los valientes-, le siguieron los carabineros, le descubrieron el alijo, y lo mandaron a presidio. De todo esto debía hacer ya mucho tiempo, porque yo no me acuerdo de nada; a lo mejor ni había nacido. Mi madre, al revés que mi padre, no era gruesa, aunque andaba muy bien de estatura; era larga y chupada y no tenía aspecto de buena salud, sino que, por el contrario, tenía la tez cetrina y las mejillas hondas y toda la presencia o de estar tísica o de no andarle muy lejos; era también desabrida y violenta, tenía un humor que se daba a todos los diablos y un lenguaje en la boca que Dios le haya perdonado, porque blasfemaba las peores cosas a cada momento y por los más débiles motivos. Vestía siempre de luto y era poco amiga del agua, tan poco que si he de decir la verdad, en todos los años de su vida que yo conocí, no la vi lavarse más que en una ocasión en que mi padre la llamó borracha y ella quiso como demostrarle que no le daba miedo el agua. El vino en cambio ya no le disgustaba tanto y siempre que apañaba algunas perras, o que le rebuscaba el chaleco al marido, me mandaba a la taberna por una frasca que escondía, porque no se la encontrase mi padre, debajo de la cama. Tenía un bigotillo cano por las esquinas de los labios, y una pelambrera enmarañada y zafia que recogía en un moño, no muy grande, encima de la cabeza. Alrededor de la boca se le notaban unas cicatrices o señales, pequeñas y rosadas como perdigonadas, que según creo, le habían quedado de unas bubas malignas que tuviera de joven; a veces, por el verano, a las señales les volvía la vida, se les subía la color y acababan formando como alfileritos de pus que el otoño se ocupaba de matar y el invierno de barrer.
Se llevaban mal mis padres; a su poca educación se unía su escasez de virtudes y su falta de conformidad con lo que Dios les mandaba -defectos todos ellos que para mi desgracia hube de heredar- y esto hacía que se cuidaran bien poco de pensar los principios y de refrenar los instintos, lo que daba lugar a que cualquier motivo, por pequeño que fuese, bastara para desencadenar la tormenta que se prolongaba después días y días sin que se le viese el fin. Yo, por lo general, no tomaba el partido de ninguno porque si he de decir verdad tanto me daba el que cobrase el uno como el otro; unas veces me alegraba de que zurrase mi padre y otras mi madre, pero nunca hice de esto cuestión de gabinete.
Mi madre no sabía leer ni escribir; mi padre sí, y tan orgulloso estaba de ello que se lo echaba en cara cada lunes y cada martes y, con frecuencia y aunque no viniera a cuento, solía llamarla ignorante, ofensa gravísima para mi madre, que se ponía como un basilisco. Algunas tardes venía mi padre para casa con un papel en la mano y, quisiéramos que no, nos sentaba a los dos en la cocina y nos leía las noticias; venían después los comentarios y en ese momento yo me echaba a temblar porque estos comentarios eran siempre el principio de alguna bronca. Mi madre, por ofenderlo, le decía que el papel no decía nada de lo que leía y que todo lo que decía se lo sacaba mi padre de la cabeza, y a éste, el oírla esa opinión le sacaba de quicio; gritaba como si estuviera loco, la llamaba ignorante y bruja y acababa siempre diciendo a grandes voces que si él supiera decir esas cosas de los papeles a buena hora se le hubiera ocurrido casarse con ella. Ya estaba armada. Ella le llamaba desgraciado y peludo, lo tachaba de hambriento y portugués, y él, como si esperara a oír esa palabra para golpearla, se sacaba el cinturón y la corría todo alrededor de la cocina hasta que se hartaba. Yo, al principio, apañaba algún cintarazo que otro, pero cuando tuve más experiencia y aprendí que la única manera de no mojarse es no estando a la lluvia, lo que hacía, en cuanto veía que las cosas tomaban mal cariz, era dejarlos solos y marcharme. Allá ellos. La verdad es que la vida en mi familia poco tenía de placentera, pero como no nos es dado escoger, sino que ya -y aun antes de nacer- estamos destinados unos a un lado y otros a otro, procuraba conformarme con lo que me había tocado, que era la única manera de no desesperar. De pequeño, que es cuando más manejable resulta la voluntad de los hombres, me mandaron una corta temporada a la escuela; decía mi padre que la lucha por la vida era muy dura y que había que irse preparando para hacerla frente con las únicas armas con las que podíamos dominarla, con las armas de la inteligencia. Me decía todo esto de un tirón y como aprendido, y su voz en esos momentos me parecía más velada y adquiría unos matices insospechados para mí. Después, y como arrepentido, se echaba a reír estrepitosamente y acababa siempre por decirme, casi con cariño:
-No hagas caso, muchacho. ¡Ya voy para viejo!
Y se quedaba pensativo y repetía en voz baja una y otra vez:
-¡Ya voy para viejo... ! ¡Ya voy para viejo...!
Mi instrucción escolar poco tiempo duró. Mi padre, que, como digo, tenía un carácter violento y autoritario para algunas cosas, era débil y pusilánime para otras: en general tengo observado que el carácter de mi padre sólo lo ejercitaba en asuntillos triviales, porque en las cosas de trascendencia, no sé si por temor o por qué, rara vez hacía hincapié. Mi madre no quería que fuese a la escuela y siempre que tenía ocasión, y aun a veces sin tenerla, solía decirme que para no salir en la vida de pobre no valía la pena aprender nada. Dio en terreno abonado, porque a mí tampoco me seducía la asistencia a las clases, y entre los dos, y con la ayuda del tiempo, acabamos convenciendo a mi padre que optó porque abandonase los estudios. Sabía ya leer y escribir, y sumar y restar, y en realidad para manejarme ya tenía bastante. Cuando dejé la escuela tenía doce años; pero no vayamos tan de prisa, que todas las cosas quieren su orden y no por mucho madrugar amanece más temprano.

                                                                        TEXTO 2

1- Resume lo que ocurre
Pascual está en el entierro de su hermano y junto a él, rezando por el hermano se encuentra Lola. Esta atraía mucho a Pascual y en ese momento, este se estaba fijando mucho en ella, en sus piernas, en sus pechos en todo hasta que en un momento dado opta por tirarla al suelo dejando salir todos sus instintos primarios y haciendo el amor con ella en el suelo.

2 - ¿Qué dos temas tabú une Cela en este fragmento? 
Yo creo que los dos temas tabú que un Cela en este fragmento son el sexo, ya que por la época estaba muy reprimido, las mujeres tenían prohibido enseñar incluso los tobillos. Y el otro tema puede ser la muerte. Pienso que es este porque al igual que vimos en la casa de Bernarda Alba en anteriores blogs, en aquella época cuando alguien moría había que seguir un largo luto y mientras tanto no pensar en nada más que en la muerte del difunto y rezar por su alma. En el fragmento estos lo incumplen al llevar a cabo relaciones sexuales el día del entierro.


El entierro, volviendo a lo que íbamos, salió con facilidad; como la fosa ya estabahecha, no hubo sino que meter a mi hermano dentro de ella y acabar de taparlo contierra. Don Manuel rezó unos latines y las mujeres se arrodillaron; a Lola, alarrodillarse, se le vetan las piernas, blancas y apretadas como morcillas, sobre la media negra. Me avergüenzo de lo que voy a decir, pero que Dios lo aplique a la salvación de mi alma por el mucho trabajo que me cuesta: en aquel momento me alegré de la muerte de mi hermano... Las piernas de Lola brillaban como la plata, la sangre me golpeaba por la frente y el corazón parecía como querer salírseme de pecho.
No vi marcharse ni a don Manuel ni a las mujeres. Estaba como atontado, cuandoempecé a volver a percatarme de la vida, sentado en la tierra recién removida sobre elcadáver de Mario; por qué me quedé allí y el tiempo que pasó, son dos cosas que noaverigüé jamás. Me acuerdo que la sangre seguía golpeándome las sienes, que elcorazón seguía queriéndose echar a volar. El sol estaba cayendo; sus últimos rayos seiban a clavar sobre el triste ciprés, mi única compañía. Hacia calor; unos tiemblos merecorrieron todo el cuerpo; no podía moverme, estaba clavado como por el mirar dellobo.

De pie, a mi lado, estaba Lola, sus pechos subían y bajaban al respirar...

-¿Y tú?
-¡Ya ves!
-¿Qué haces aquí?
-¡Pues..., nada! Por aquí...
Me levanté y la sujeté por un brazo.
-¿Qué haces aquí?
-¡Pues nada! ¿No lo ves? ¡Nada!
Lola me miraba con un mirar que espantaba. Su voz era como, una voz del más allá,grave y subterránea como la de un aparecido.

-¡Eres como tu hermano!
-¿Yo?
-¡Tú! ¡Sí!

Fue una lucha feroz. Derribada en tierra, sujeta, estaba más hermosa que nunca... Sus pechos subían y bajaban al respirar cada vez más de prisa. Yo la agarré del pelo y la tenía bien sujeta a la tierra. Ella forcejeaba, se escurría... La mordí hasta la sangre, hasta que estuvo rendida y dócil como una yegua joven.

-¿Es eso lo que quieres?
-¡Sí!
Lola me sonreía con su dentadura toda igual... Después me alisaba el cabello.
-¡No eres como tu hermano... ! ¡Eres un hombre...!
En sus labios quedaban las palabras un poco retumbantes.
-¡Eres un hombre...! ¡Eres un hombre...!
La tierra estaba blanda, bien me acuerdo. Y en la tierra, media docena de amapolaspara mi hermano muerto: seis gotas de sangre...
-¡No eres como tu hermano...! ¡Eres un hombre...!
-¿Me quieres?
-¡Sí!

                                                                   TEXTO 3
 
 

1- ¿Qué está a punto de hacer Pascual pero no se atreve?
Este es un texto de estilo tremendistas. Lo que Pascual está a punto de hacer pero no se atreve es matar a su madre, ya que quieras o no es la mujer que te ha traído al mundo y por mucho odio que la tengas sería muy injusto e hipócrita privarle de la vida a la mujer que te la ha dado. Pero por el contrario quería matarla, la considera, junto a su padre, la culpable de que él haya salido así de violento y agresivo con todo el mundo, y sobre todo de no haber echado una gota con la muerte de su hijo.
2- ¿Por qué lo va a hacer? Recuerda la relación con su madre que aparece en el primer texto
Pascual quiere matar a su madre debido a la mala relación que él tiene con ella, como dije en el anterior ejercicio, la considera la culpable de que él haya salido violento, agresivo, impulsivo, que se deja guiar por los instintos básicos. Además de esto la razón más fuerte por la que la odia y que es el motivo en el que empieza a hacerlo es en el momento en el que no suelta una gota de lloro con la muerte de su hijo. 
3-  ¿Crees que la presentación que hizo al inicio de sus padres le sirve de justificación a lo que hace aquí?
No, porque como he dicho en el primer ejercicio es algo muy hipócrita y muy injusto privar de la vida a la mujer que te la ha dado. Además yo personalmente pienso que por mucho mal que le haya hecho, madre no hay más que una y hay que quererla aunque sea una borracha y en ocasiones mala madre.

 Había llegado la ocasión, la ocasión que tanto tiempo había estado esperando. Había que hacer de tripas corazón, acabar pronto, lo más pronto posible. La noche es corta y en la noche tenía que haber pasado ya todo y tenla que sorprenderme la amanecida a muchas leguas del pueblo.
Estuve escuchando un largo rato. No se oía nada. Fui al cuarto de mi mujer; estaba dormida y la dejé que siguiera durmiendo. Mi madre dormiría también a buen seguro. Volví a la cocina; me descalcé; el suelo estaba frío y las piedras del suelo se me clavaban en la punta del pie. Desenvainé el cuchillo, que brillaba a la llama como un sol.

Allí estaba, echada bajo las sábanas, con su cara muy pegada a la almohada. No tenla más que echarme sobre el cuerpo y acuchillarlo. No se movería, no daría ni un solo grito, no le daría tiempo... Estaba ya al alcance del brazo, profundamente dormida, ajena -¡Dios, qué ajenos están siempre los asesinados a su suerte!- a todo lo que le iba a pasar. Quería decidirme, pero no lo acababa de conseguir; vez hubo ya de tener el brazo levantado, para volver a dejarlo caer otra vez todo a lo largo del cuerpo. Pensé cerrar los ojos y herir. No podía ser; herir a ciegas es como no herir, es exponerse a herir en el vacío... Había que herir con los ojos bien abiertos, con los cinco sentidos puestos en el golpe. Había que conservar la serenidad, que recobrar la serenidad que parecía ya como si estuviera empezando a perder ante la vista del cuerpo de mi madre... El tiempo pasaba y yo seguía allí, parado, inmóvil como una estatua, sin decidirme a acabar. No me atrevía; después de todo era mi madre,  mujer que me había parido, y a quien sólo por eso había que perdonar.:. No; no podía perdonarla porque me hubiera parido. Con echarme al mundo no me hizo ningún favor, absolutamente ninguno... No había tiempo que perder. Había que decidirse deuna buena vez. Momento llegó a haber en que estaba de pie y como dormido, con e cuchillo en la mano, como la imagen del crimen... Trataba de vencerme, de recuperar mis fuerzas, de concentrarlas. Ardía en deseos de acabar pronto, rápidamente, y de salir corriendo hasta caer rendido, en cualquier lado. Estaba agotándome; llevaba una hora larga al lado de ella, como guardándola, como velando su sueño. ¡Y había ido a matarla, a eliminarla, a quitarle la vida a puñaladas!

Quizás otra hora llegara ya a pasar. No; definitivamente, no. No podía; era algo superior a mis fuerzas, algo que me revolvía la sangre. Pensé huir. A lo mejor hacía ruido al salir; se despertaría, me reconocería. No, huir tampoco podía; iba indefectiblemente camino de la ruina... No había más solución que golpear sin piedad, rápidamente, para acabar lo más pronto posible. Pero golpear tampoco podía... Estaba metido como en un lodazal donde me fuese hundiendo, poco a poco, sin remedio posible, sin salida posible. El barro me llegaba ya hasta el cuello. Iba a morir ahogado
como un gato... Me era completamente imposible matar; estaba como paralítico.

Di la vuelta para marchar. El suelo crujía. Mi madre se revolvió en la cama.

-¿Quién anda ahí? 

Entonces sí que ya no había solución. Me abalancé sobre ella y la sujeté. Forcejeó, se escurrió... Momento hubo en que llegó a tenerme cogido por el cuello. Gritaba como una condenada. Luchamos; fue la lucha más tremenda que usted se puede imaginar.

Rugíamos como bestias, la baba nos asomaba a la boca... En una de las vueltas vi a mi mujer, blanca como una muerta, parada a la puerta sin atreverse a entrar. Traía un candil en la mano, el candil a cuya luz pude ver la cara de mi madre, morada como un hábito de nazareno... Seguíamos luchando; llegué a tener las vestiduras rasgadas,  pecho al aire. La condenada tenía más fuerzas que un demonio. Tuve que usar de toda mi hombría para tenerla quieta. Quince veces que la sujetara, quince veces que se me había de escurrir. Me arañaba, me daba patadas y puñetazos, me mordía. Hubo un
momento en que con la boca me cazó un pezón -el izquierdo- y me lo arrancó de cuajo.

Fue el momento mismo en que pude clavarle la hoja en la garganta... La sangre corría como desbocada y me golpeó la cara. Estaba caliente como un vientre y sabía lo mismo que la sangre de los corderos. 

La solté y salí huyendo. Choqué con mi mujer a la salida; se le apagó el candil. Cogí el campo y corrí, corrí sin descanso, durante horas enteras. El campo estaba fresco y una sensación como de alivio me corrió las venas.


Podía respirar...

 
 
                    1.1.7- ¿Qué otras novelas siguieron la estela de La familia de Pascual Duarte? ¿Qué tienen todas en común? Di sus autores y fechas de publicación
A la familia de Pascual Duarte le siguieron obras creadas más o menos con el mismo perfil, como Nada (1944, de Carmen Laforet) que ofrece una visión pesimista de la vida. Estas obras se caracterizaban por su sencillez. Eran obras que seguían una cronología lineal, con un narrador en tercera persona y un lenguaje violento, sin palabras literarias. Además de este libro de Laforet, también siguieron a Cela: Luis Romero (La Noria, 1951) y Miguel Delibes (El camino 1951 y El idolatrado hijo Sisí 1953). Estas dos últimas obras al igual que "Nada" también ofrecen una visión pesimista de la vida.
            




Miguel Delibes

   





                                                                    Carmen Laforet

                              2- LA GENERACIÓN DE MEDIO SIGLO: LA NOVELA SOCIAL

             2.1- ¿Qué nuevas condiciones sociales y  políticas favorecen que se empiece a escribir novela de temática social?
Lo que favoreció que empezara a escribirse la novela de temática social fue que hubo una pequeña apertura del Régimen y la censura se relajó. Por este motivo se puedieron empezar a escribir novelas que denunciaban la pobreza, la persecución y la injusticia principalmente. Pese a que la censura se relajó seguían implacables con los temas de política o de la moralidad sexual. 






            2.2- LA COLMENA 

La colmena (Película): Ahora voy a hablar sobre trozos de la película que vimos en clase y lo que quiere decir Cela con eso:
-En un momento un personaje dice que sin planteamiento, nudo y desenlace no hay novela. Esto claramente es una ironía hecha por Cela porque el al hacer la Colmena hace todo lo contrario. 
-Martín Marco es el personaje que más aparece en la novela. Este es un poeta que malvive y pasa las noches en un prostíbulo (durmiendo).
-Todos los personajes de la novela están interrelacionados.
-Hay 2 escenas que tienen en común que en una sale gente haciendo cola para comer y en la otra salen ricos haciendo cola para obtener lujos.
-Cela denuncia mediante una escena que hay una mujer que tiene retortijones de comer demasiado y esto se lo cuenta a una mujer muy pobre que no tiene ni para alimentarse.
-También tiene carga anticlerical, ya que sale un cura ordenando a una mujer sacarse los pechos.
-Es una novela pesimista. Esto se refleja en una conversación entre una prostituta cara y un poeta que tenían grandes sueños los dos en la universidad (a la que iban juntos) y los dos han acabado en nada.
-Denuncia también la doble moral cuando una hija y su padre se encuentran en una casa de citas (la hija yéndose y le padre entrando) y los dos se hacen los suecos.






                  2.2.1- Autor, fecha y lugar de publicación
Camilo José Cela publicó "La Colmena" en España en 1955 ya que antes no lo pudo hacer debido a la censura que había, ya que este libro trataba temas como el sexo o el ambiente homosexual. Este libro fue editado y publicado primero en Buenos Aires (1951).



                                                                  Camilo José Cela
                    2.2.2- ¿Cuál es la importancia de esta novela en la novela española tras la guerra civil?
La importancia de esta novela en la novela española tras la guerra civil es que es la primera novela social, además de que informa a los ciudadanos de lo que el Régimen vigente intentaba ocultarles. En ella Cela documenta a la ciudadanía de la hipocresía de los que mandaban, además de la incertidumbre y de la falta de objetivos en la vida que dominaba la España de la época. 

                    2.2.3- Explica qué cuenta la novela
En esta novela, Cela muestra la vida de las diferentes clases sociales, para ello utiliza en muchas ocasiones la ironía, sin dejar de decir lo que realmente pasaba.El argumento es muy básico, los personajes se mueven por dos instintos, el sexo y el hambre. La obra se desarrolla en tres días, y el espacio está limitado a una zona de Madrid. Prácticamente toda la obra esta compuesta de diálogos.

                    2.2.4- ¿Por qué se titula La colmena?
Porque cada capítulo está formado de una serie de secuencias separadas por un espacio en blanco. Cada secuencia se centra en un personaje. Entonces la suma de estas secuencias es como si fueran las celdillas de una colmena. Esta obra da una visión demoledora de Madrid.

                    2.2.5- Temas: La Colmena supone una visión de la posguerra española, lo cual conlleva reflexiones sobre distintos temas como la importancia del dinero, la doble moral de la sociedad o la propia existencia humana.  
La Colmena tiene muchos temas, el principal es la incertidumbre de la raza humana, el no saber que quieren ni a donde van. Además tiene más temas secundarios como la obsesión por el dinero, el hambre, el sexo, el recuerdo de la guerra civil, la hipocresía y la insolidaridad. 
                    
                    - El dinero: Recuerda las características de la posguerra española que viste en el tema anterior. ¿Es importante el dinero en las relaciones personales que se dan entre los personajes? ¿Por qué? Teniendo esto en cuenta, ¿en qué dos grupos se pueden dividir los personajes de la novela?
Sí, porque los que tienen lo exhiben y fardan de tenerlo, además se pueden permitir caprichos y viven bien, mientras que los que no lo tienen hacen cualquier cosa para conseguirlo, hasta el punto de prostituirse o pedir préstamos. Se podría dividir en dos grupos de personajes, los pobres y los ricos. 
          
                  Lee estos fragmentos y contesta las siguientes preguntas:
En todos los textos se diferencia a un rico y a un pobre, cosa que denota la diferencia abismal que había de clases sociales.

                                                                       TEXTO 1

1- ¿Qué relación existe entre Purita y José Sanz? 
La relación entre Purita y José es la de una prostituta con su cliente. Se puede ver claramente de lo que estoy hablando en estas partes del fragmento: "El señor José tiene ya la mano, desde hace rato, dentro del escote de la muchacha. -¿Quieres que nos vayamos? -¡Si tú quieres! El señor José ayuda a Purita a ponerse el abriguillo de algodón. -Sólo un ratito, ¿eh?, la parienta está ya con la mosca en la oreja." Sobre todo en esta última frase observamos como no se trata de una relación de pareja (que hasta el momento se podía interpretar esto perfectamente). "El señor José mete cinco duros en el bolso de Purita, un bolso teñido de azul que mancha un poco las manos." Y aquí terminamos de comprobar que realmente es prostituta, ya que José le paga.
2- ¿Cuál es la situación personal de Purita?¿A qué se dedica?
La situación de Purita debe de ser muy precaria. Por lo que se puede ver aquí parece una mujer pobre ya que es capaz de prostituirse por cinco duros. Su profesión es de prostituta.
3- ¿Qué favor le pide a José Sanz?
El favor que le pide Purita a José Sanz es que si por favor tiene algún amigo o algún contacto que pueda hacer que su hermano pequeño, Paquito, entre en la guardería. A esto José le responde que sí.
4- ¿Te parece una visión positiva o negativa de las relaciones personales? ¿Por qué?
Es una visión muy negativa, ya que este tipo de relaciones brillan por su ausencia. Esto se puede ver en el momento en el que la chica le está mostrando su malestar mientras que a José le da igual todo lo que le está contando y solo busca meterle mano.


El señor José tiene la otra mano en una liga de Purita. Purita, en el invierno, lleva liguero, las ligas redondas no se le sujetan bien porque está algo delgada. En el verano va sin medias; parece que no, pero supone un ahorro, ¡ya lo creo!
-Mi amigo hace lo que yo le mando, me debe muchos favores.
-¡Ojalá! ¡Dios te oiga!
-Ya lo verás como sí.
La chica está pensando, tiene la mirada triste, perdida. El señor José le separa un poco los muslos, se los pellizca.
-¡Con el Paquito en la guardería, ya es otra cosa!
El Paquito es el hermano pequeño de la chica. Son cinco hermanos y ella, seis: Ramón, el mayor, tiene veintidós años y está haciendo el servicio en África; Mariana, que la pobre está enferma y no puede moverse de la cama, tiene dieciocho; Julio, que trabaja de aprendiz en una imprenta, anda por los catorce; Rosita tiene once, y Paquito, el más chico, nueve. Purita es la segunda, tiene veinte años, aunque quizá represente alguno más. Los hermanos viven solos. Al padre lo fusilaron, por esas cosas que pasan, y la madre murió,tísica y desnutrida, el año 41.
A Julio le dan cuatro pesetas en la imprenta. El resto se lo tiene que ganar Purita a pulso, callejeando todo el día, recalando después de la cena por casa de doña Jesusa.
Los chicos viven en un sotabanco de la calle de la Ternera. Purita para en una pensión, asi está más libre y puede recibir recados por teléfono. Purita va a verlos todas las mañanas, a eso de las doce o la una. A veces, cuando no tiene compromiso, también almuerza con ellos; en la pensión le guardan la comida para que se la tome a la cena, si quiere. El señor José tiene ya la mano, desde hace rato, dentro del escote de la muchacha.
-¿Quieres que nos vayamos?
-¡Si tú quieres!
El señor José ayuda a Purita a ponerse el abriguillo de algodón.
-Sólo un ratito, ¿eh?, la parienta está ya con la mosca en la oreja.
-Lo que tú quieras.
-Toma, para ti.
El señor José mete cinco duros en el bolso de Purita, un bolso teñido de azul que mancha un poco las manos.
 -Que Dios te lo pague.
A la puerta de la habitación, la pareja se despide.
-Oye, ¿cómo te llamas?
-Yo me llamo José Sanz Madrid, ¿y tú?, ¿es verdad que te llamas Purita?
-Sí, ¿por qué te iba a mentir? Yo me llamo Pura Bartolomé Alonso.
Los dos se quedan un rato mirando para el paragüero,
-Bueno, ¡me voy!

-Adiós, Pepe, ¿no me das un beso?
- Sí, mujer.-Oye, ¿cuando sepas algo de lo del Paquito, me llamarás?
-Si, descuida, yo te llamaré a ese teléfono.

                                                                    TEXTO 2 

 1- ¿Qué relación hay entre Don Francisco y  Merceditas?
Yo pienso que también podría ser la de un hombre ya mayor con una prostituta porque en la foto que hay antes del texto aparece vestida muy provocadora para la edad que tiene, y además de esto, en el texto dice que tenía los pechos como rosas a punto de florecer, es decir, hace una referencia hacia la parte más sexual de esa niña, y además dice que Doña Carmen se la vendió, por lo que podría tratarse de trata de blancas.
 2- ¿Qué quiere decir Doña Carmen con "las primicias"?
Por lo visto Don Francisco es una persona que suele frecuentar a prostitutas, por lo cual con eso de primicias, yo creo, que se refiere a que es una nueva, que esa no estaba la última vez que fue, es decir, una novedad.


 Por la calle van cogidos de la mano, parecen un tío con una sobrina que saca de paseo.La niña, al pasar por la portería, vuelve la cabeza para el otro lado. Va pensando y no ve el primer escalón.
-¡A ver si te desgracias!
-No.
Doña Celia les sale a abrir.
-¡Hola, don Francisco!
-¡Hola, amiga mía! Que pase la chica por ahí, quería hablar con usted.
-¡Muy bien! Pasa por aquí, hija, siéntate donde quieras. La niña se sienta en el borde de una butaca forrada de verde. Tiene trece años y el pecho le apunta un poco, como una rosa pequeñita que vaya a abrir. Se llama Merceditas Olivar Vallejo, sus amigas le llaman Merce. La familia le desapareció con la guerra, unos muertos, otros emigrados. Merche vive con una cuñada de la abuela, una señora vieja llena de puntillas y pintada como una mona, que lleva peluquín y que se llama doña Carmen. En el barrio a doña Carmen la llaman, por mal nombre, "Pelo de muerta". Los chicos de la calle prefieren llamarle "Saltaprados".
Doña Carmen vendió a Merceditas por cien duros, se la compró don Francisco, el del consultorio.
Al hombre le dijo:
-¡Las primicias, don Francisco, las primicias! ¡Un clavelito!
Y a la niña:
-Mira, hija, don Francisco lo único que quiere es jugar, y además, ¡algún día tenía que ser!
¿No comprendes?
 - La doble moral:  Busca en qué consistía la moral del Nacional Catolicismo y explica si eran o no importantes las apariencia en la sociedad española de la época.
- La moral del Nacional Catolicismo consistía en la prohibición del divorcio, la obligación a tener fe y voluntad religiosa, además de que era una moral contrarrevolucionaria, en definitiva, conservadurista. El Nacional Catolicismo es una doctrina que se impulsó tras la Guerra Civil, era un pacto entre Franco y la Iglesia.
Sí, las apariencias eran importantes, era muy importante el tema del prestigio social, de venir de buena familia, de vestir bien, etc.


    Lee este texto y contesta las siguientes preguntas:

                                                                      TEXTO 3

 1- ¿Qué es la casa de Doña Celia?
La casa de Doña Celia es un prostíbulo, o una casa de citas donde iban las parejas a tener relaciones, esto se ve en esta frase: "Los angelitos saben que el que entre un señor con una señorita del brazo significa comer caliente al otro día". Debido a que cuando viene una pareja a mantener relaciones ella por ser la que "alquila" la habitación se lleva una comisión.
 2-¿Por qué los niños se ponían contentos cuando llegaba algún señor?
Porque sabían que cada vez que entraba un señor a la casa al día siguiente comían caliente (debido a que Celia ejercía de "Madamme" o de anfitriona y dejaba su casa para que la gente mantuviera relaciones sexuales"
 3-¿Qué es lo único que le preocupa a Doña Celia?
Que vengan clientes para dejarla dinero en su cartera para poder alimentar a los niños y sobre todo, que estos no se enteraran de qué estaban haciendo en la habitación. 
4- ¿Dónde usa la ironía el narrador?
El narrador utiliza la ironía en la última frase: "Ventura y Julita solían meterse en la habitación a las tres y media o cuatro y no se marchaban hasta dadas las ocho. No se les oía ni hablar; así daba gusto." Además de en esa frase también se puede ver en la siguiente (que es la primera de todo el texto): "La casa de doña Celia es una casa que rezuma ternura por todos los poros"


La casa de doña Celia es una casa que rezuma ternura por todos los poros; una ternura, a veces, un poco agraz; en ocasiones, es posible que un poco venenosilla. Doña Celia tiene recogidos dos niños pequeños, hijos de una sobrinita que murió medio de sinsabores y disgustos, medio de avitaminosis, cuatro o cinco meses atrás. Los niños, cuando llega alguna pareja, gritan jubilosos por el pasillo: "¡Viva, viva, que ha venido otro señor!" Los angelitos saben que el que entre un señor con una señorita del brazo significa comer caliente al otro día. Doña Celia, el primer dia que Ventura asomó con la novia por su casa, le dijo:
-Mire usted, lo único que le pido es decencia, mucha decencía, que hay criaturas. Por amor de Dios, no me alborote.
-Descuide usted, señora, no pase cuidado, uno es un caballero.
Ventura y Julita solían meterse en la habitación a las tres y media o cuatro y no se marchaban hasta dadas las ocho. No se les oía ni hablar; así daba gusto.
                                 
                                                                    TEXTO 4
                 
 1- ¿Por qué se prostituye Victorita?
Victorita se prostituye para conseguir dinero para salvar a su novio que por lo visto está enfermo y necesita unas medicinas. Esto lo podemos ver en estas frases: "Yo tengo que tirarme a un hombre para comprarle unas medicinas a otro. ¡Venga el tío!" "Yo quiero mucho a mi novio. A usted nunca lo querré, pero en cuanto me pague me voy a la cama. Estoy muy harta. Mi novio se salva con unos duros. No me importa ponerle los cuernos. Lo que me importa es sacarlo adelante."
 2- ¿Se avergüenza de ello?
Yo creo que no se avergüenza de ello pero no le gusta hacerlo, ella no es ni mucho menos prostituta por vocación, sino que ejerce esta profesión para conseguir dinero y sacar a delante a su novio. Esto se ve en una de las mismas frases que he puesto en el anterior ejercicio: "Yo quiero mucho a mi novio. A usted nunca lo querré, pero en cuanto me pague me voy a la cama. Estoy muy harta. Mi novio se salva con unos duros. No me importa ponerle los cuernos. Lo que me importa es sacarlo adelante."
 3- ¿Dónde se ve la hipocresía de Doña Ramona?
La hipocresía de Doña Ramona se ve cuando Victorita dice que no quiere andarse con rodeos y pide que le traigan al chico con el que va a mantener relaciones con él. Al escuchar esto Doña Ramona se escandaliza pese a que ella es madamme y ve esto todos los días:   

-"Pues se lo voy a decir más claro: ¿dónde está el cabrito?
Doña Ramona se espantó.
-¿Eh?
-¡Que dónde está el cabrito! ¿Me entiende? ¡Que dónde está el tío!
-¡Ay, hija, tú eres una golfa!"
 
4- ¿Cuál crees que es la opinión de Cela respecto a las dos mujeres: las trata igual, por qué? 
No, yo creo que con el personaje de Victorita plantea a una mujer que no trabaja por vocación sino por obligación para mantener bocas, y en este caso, para dar medicinas a su novio enfermo. Cela con este personaje le trata como alguien noble pero ya desesperado por conseguir dinero como sea (cosa que pasa mucho en la vida real), mientras que a Doña Ramona la trata como una alcahueta madamme y con doble moral, es decir, una persona hipócrita.
  

 Victorita se fue a la calle de Fuencarral, a la lechería de doña Ramona Bragado, la antigua querida de aquel señor que fue dos veces Subsecretario de Hacienda.
-¡Hola, Victorita! ¡Qué alegría más grande me das!
-Hola, doña Ramona.
Doña Ramona sonríe, meliflua, obsequiosa.
-¡Ya sabía yo que mi niña no había de faltar a la cita! Victorita intentó sonreír también.
-Sí, se ve que está usted muy acostumbrada.
-¿Qué dices?
-Pues ya ve, ¡nada!
-¡Ay, hija, qué suspicaz!
Victorita se quitó el abrigo, llevaba el escote de la blusa desabrochado y tenía en los ojos una mirada extraña, no se sabría bien si suplicante, humillada o cruel.
-¿Estoy bien así?
-Pero hija, ¿qué te pasa?
-Nada., no me pasa nada.
Doña Ramona, mirando para otro lado, intentó sacar a flote sus viejas mañas de componedora.
-¡Anda, anda! No seas chiquilla. Anda, entra ahí a jugar a las cartas con mis sobrinas.
Victorita se plantó.
-No, doña Ramona. No tengo tiempo. Me espera mi novio. A mi, ¿sabe usted?, ya me revienta andar dándole vueltas al asunto, como un borrico de noria. Mire usted, a usted y a mi lo que nos interesa es ir al grano, ¿me entiende?
-No, hija, no te entiendo. Victorita tenía el pelo algo revuelto.
-Pues se lo voy a decir más claro: ¿dónde está el cabrito?
Doña Ramona se espantó.
-¿Eh?
-¡Que dónde está el cabrito! ¿Me entiende? ¡Que dónde está el tío!
-¡Ay, hija, tú eres una golfa!
-Bueno, yo soy lo que usted quiera, a mí no me importa. Yo tengo que tirarme a un hombre para comprarle unas medicinas a otro. ¡Venga el tío!
-Pero, hija, ¿por qué hablas así? Victorita levantó la voz.
-¡Pues porque no me da la gana de hablar de otra manera, tía alcahueta! ¿Se entera? ¡Porque no me da la gana!
Las sobrinas de doña Ramona se asomaron al oír las voces. Por detrás de ellas sacó la jeta don Mario.
-¿Qué pasa, tía?
-¡Ay! ¡Esta mala pécora, desagradecida, que quiso pegarme!
Victorita estaba completamente serena. Poco antes de hacer alguna barbaridad, todo el mundo está completamente sereno. O poco antes, también, de decidirse a no hacerla.
-Mire usted, señora, ya volveré otro día, cuando tenga menos clientas.
La muchacha abrió la puerta y salió. Antes de llegar a la esquina la alcanzó don Mario. El hombre se llevó la mano al sombrero.
-Señorita, usted perdone. Me parece, ¡para qué nos vamos a andar con rodeos!, que yo soy un
poco el culpable de todo esto. Yo...
Victorita le interrumpió.
-¡Hombre, me alegro de conocerlo! ¡Aquí me tiene! ¿No me andaba buscando? Le juro a usted que jamás me he acostado con nadie más que con mi novio. Hace tres meses, cerca de cuatro, que no sé lo que es un hombre. Yo quiero mucho a mi novio. A usted nunca lo querré, pero en cuanto me pague me voy a la cama. Estoy muy harta. Mi novio se salva con unos duros. No me importa ponerle los cuernos. Lo que me importa es sacarlo adelante. Si usted me lo cura, yo me lío con usted hasta que usted se harte.
La voz de la muchacha ya venia temblando. Al final se echó a llorar.
-Usted dispense...
Don Mario, que era un atravesado con algunas venas de sentimental, tenía un nudo en la garganta.
-¡Cálmese, señorita! Vamos a tomar un café, eso le sentará bien.
En el Café, don Mario le dijo a Victorita:
-Yo te daría dinero para que se lo llevases a tu novio, pero, hagamos lo que hagamos, él se va a creer lo que le dé la gana, ¿no te parece?
-Sí, que se crea lo que quiera. Ande, lléveme usted a la cama.


 - La existencia humana: ¿ Qué visión tiene Cela de la existencia de sus personajes: cómo es su vida, tienen expectativas de futuro, ilusiones, etc?
Cela plantea unos personajes sin rumbo en la vida. Lo que hace es plantear una situación en la que los personajes parece que han sido arrojados a la vida en contra de su voluntad, sin rumbo, sin saber que hacer en ningún momento y sin saber lo que quieren, excepto la supervivencia.

    Lee los siguientes fragmentos y contesta las siguientes preguntas:

                                                                   TEXTO 5

  1- ¿Cómo es la actitud ante la vida de los clientes que pasan las horas muertas en el café?
La actitud de los clientes yo creo que es una denuncia que hacía Cela. Me argumento. Pienso que esto es así porque habla de los personajes que pasan horas y horas desperdiciadas sin hacer nada interesante, de la monotonía de todos los días lo mismo, de llevar una vida aburrida sin emociones. Mediante esto lo que quiere criticar es a esa clase de gente que piensa que las cosas llegan porque sí, que sin ningún esfuerzo les van a llegar las cosas, cuando realmente esto no es así.
  2- ¿Cómo son sus conversaciones?
Aburridas y monótonas, hablan todos los días de lo mismo para pasar el tiempo esperando a que llegue el siguiente día para volver a hacer lo mismo y así entrar en un circulo vicioso de una vida aburrida y repetitiva.
  3- ¿Te recuerda esta actitud a otra ya vista el pasado trimestre?¿Cuál?
Sí, esta actitud de serenidad implacable me recuerda al pasotismo y la pereza que vimos en la Generación del 98.
  4- ¿Qué crees que pueden simbolizar los cafés en la novela?
Los cafés pueden representar el paso del tiempo, es decir, todos los días van y se piden un café, que aparentemente parece el mismo siempre pero a la vez siempre es distinto y cada café nuevo representa que es otro día distinto, otro día desaprovechado por la falta de iniciativa y esfuerzo.

 Los clientes de los Cafés son gentes que creen que las cosas pasan porque sí, que no merece la pena poner remedio a nada. En el de doña Rosa, todos fuman y los más meditan, a solas, sobre las pobres, amables, entrañables cosas que les llenan o les vacían la vida entera. Hay quien pone al silencio un ademán soñador, de imprecisa recordación, y hay también quien hace memoria con la cara absorta y en la cara pintado el gesto de la bestia ruin, de la amorosa, suplicante bestia cansada: la mano sujetando la frente y el mirar lleno de amargura como un mar encalmado.
Hay tardes en que la conversación muere de mesa en mesa, una conversación sobre gatas paridas, o sobre el suministro, o sobre aquel niño muerto que alguien no recuerda, sobre aquel niño muerto que, ¿no se acuerda usted?, tenia el pelito rubio, era muy mono y más bien delgadito, llevaba siempre un jersey de punto color beige y debia andar por los cinco años. En estas tardes, el corazón del Café late como el de un enfermo, sin compás, y el aire se hace como más espeso, más gris,.

                                                              TEXTO 6


1- ¿Qué visión nos ofrece Cela de la existencia humana a través de la forma de jugar que tienen estos niños? 
Cela nos ofrece una visión de la existencia humana peculiar. Según su punto de vista nosotros no hacemos nada en la vida, hemos sido arrojados a ella y estamos llenos de incertidumbre. En este caso mediante el juego del tren y el vagón también critica el gran miedo al cambio que sufren los personajes. Aquí lo que dice es que se proponen divertirse jugando al tren en vez de intentar cambiar, dejar de jugar a esto y probar cosas nuevas, que a lo mejor, si que divierten realmente. Es decir lo que critica es la falta de iniciativa, y sobre todo el miedo al cambio por si fracasa y sale mal.

Dos niños de cuatro o cinco años juegan aburridamente, sin ningún entusiasmo, al tren por entre las mesas. Cuando van hacia el fondo, va uno haciendo de máquina y otro dé vagón. Cuando vuelven hacia la puerta, cambian. Nadie les hace caso, pero ellos siguen impasibles, desganados, andando para arriba y para abajo con una seriedad tremenda. Son dos niños ordenancistas, consecuentes, dos niños que juegan al tren, aunque se aburren como ostras, porque se han propuesto divertirse y, para divertirse, se han propuesto, pase lo que pase, jugar al tren durante toda la tarde. Si ellos no lo consiguen, ¿qué culpa tienen? Ellos hacen todo lo posible.

                                                           TEXTO 7


1- ¿Cómo es la vida de Elvira?
La vida de la señora Elvira es igual a la de los hombres que estaban en el café, es decir, monótona y aburrida. Ella tiene el pensamiento de que ha sido arrojada a la vida y en ella predomina la incertidumbre, el no saber que hacer.
2-¿Hace algo para salir de ella?
No. Mediante este texto Cela critica lo mismo que en los anteriores, el miedo al cambio, a innovar, a intentar algo aunque salga mal y también la falta de iniciativa.
3-¿Qué crees que significa "que está a lo que caiga"?
Esto quiere decir que es lo que vulgarmente se conoce como una "buscona", es decir, que está dispuesta a irse con el primero que se lo proponga.

 La señorita Elvira se calla y sigue fumando. Hoy está como algo destemplada, siente escalofríos y nota que le baila un poco todo lo que ve. La señorita Elvira lleva una vida perra, una vida que, bien mirado, ni merecía la pena vivirla. No hace nada, eso es cierto, pero por no hacer nada, ni come siquiera. Lee novelas, va al Café, se fuma algún que otro tritón y está a lo que caiga. Lo malo es que lo que cae suele ser de Pascuas a Ramos, y para eso, casi siempre de desecho de tienta y defectuoso.
                                                  
                                                                TEXTO 8


1- Este es el último párrafo de la novela:  ¿Qué visión nos ofrece Cela de las vida en esa España de posguerra?Pincha este enlace y verás este texto en la secuencia final de la película:   Final de La colmena
Yo creo que la visión que nos da Cela de la vida en esa época española en este fragmento es practicamente igual que en la de los demás textos. Una España apoderada de la incertidumbre, que no sabe que hacer, que no tiene ni iniciativa ni metas en la vida, y que no piensa más que en que pase el tiempo y que las cosas buenas les llegarán porque sí, sin realizar ningún tipo de esfuerzo.

La mañana sube, poco a poco, trepando como un gusano por los corazones de los hombres y de las mujeres de la ciudad; golpeando, casi con mimo, sobre los mirares recién despiertos, esos mirares que jamás descubren horizontes nuevos, paisajes nuevos, nuevas decoraciones. La mañana, esa mañana eternamente repetida, juega un poco, sin embargo, a cambiar la faz de la ciudad, ese sepulcro, es cucaña, esa colmena...
¡Que Dios nos coja confesados!

                   2.2.6- ¿Qué novedades aporta respecto a las técnicas narrativas empleadas: orden cronológico, uso de secuencias, tipo de narrador, etc?
Las novedades que aporta son sobre todo: No sigue un orden cronológico, innova mucho con el tiempo. Es una novela desordenada, es decir, no tiene presentación nudo y desenlace. A veces presenta a un personaje, se va a otro y después retoma al primero. Cada capítulo esta fragmentado en muchas secuencias que en cada una de estas se presenta a un personaje distinto que suele ser el que protagoniza esa secuencia(la novela consta de más de 300 personajes). No hay un personaje principal sino que tiene lo que se conoce como "personaje colectivo". El narrador varía muchísimo, a veces es omnisciente, a veces, no hay, a veces no sabe nada, a veces opina, otras no... . Predominan los diálogos en los que se utiliza el estilo directo y el lenguaje coloquial. Estas obras no buscan un argumento, buscan también la forma. Cela lo que pretende haciendo esto es representar la vida misma, que es muy desordenada y sin final cerrado. La vida no consta de presentación nudo y desenlace. También quiere decir que la vida es monótona y que da igual que todo esté desordenado.
      
            2.3- Explica las principales características de la novela social y pon el nombre de sus principales representantes
Las principales características de la novela social son: Los autores no han participado en la Guerra, pero si que la han vivido, las publicaciones son cercanas en fechas y la gran mayoría de los autores son estudiantes que quieren denunciar la situación del país mediante la escritura. Los principales autores son: Aldecoa, Fernández Santos, Sánchez Ferlosio, Juan Goytisolo, García Hortelano, Alfonso Grosso, Caballero Bonald, Carmen Martín Gaite, etc.
       
            2.4- ¿Qué diferencias hay entre las novelas sociales del realismo crítico y del neorrealismo (también conocido como objetivismo)?
Las diferencias que hay entre estos dos subgéneros son: El realismo crítico lo que pretende es transmitir un mensaje de tipo político. El autor lo que hace es dar su opinión, por lo tanto, es una forma de transmitir una idea directamente. En el neorrealismo el autor desaparece, solo recrea situaciones y diálogos que recrean la realidad y por los que el lector tiene que sacar sus propias conclusiones, esta es una forma menos directa que la anterior.

            - A continuación, tienes dos fragmentos correspondientes a dos novelas representativas de ambas tendencias (realismo crítico y neorrealismo u objetivismo). Di a cuál pertenece una y otra y justifica por qué, teniendo en cuenta las diferencias de que las que has hablado antes. Luego responde a las siguientes preguntas


                                                                        El Jarama

                                      TEXTO 1: EL JARAMA, Rafael Sánchez Ferlosio

Este fragmento es perteneciente al objetivismo debido a que la crítica es mucho menos clara o menos directa que en el otro texto, además de esto se ajusta a las pautas que pone en los enlaces: predomina el diálogo, no hay saltos al pasado, se centran en un personaje...

1- ¿En algún momento de este texto se puede ver una opinión del autor sobre la juventud española?
No lo dice directamente, pero sí que lo sugiere para que el lector saque sus propias conclusiones. Lo que viene a decir el autor es que España con estos jóvenes no va a ningún lado. Esto que digo lo podemos ver en estos fragmentos:         "-No lo sé, de otra cosa. Tito, de otra cosa que se nos ocur­ra, de lo que quieras. Oyes, dé­jame un poco de ár­bol, que me apoye tam­bién. No, pero tú no te quites, si cabe­mos, cabe­mos los dos jun­tos. Só­lo un hue­quecito quería yo." Aquí lo que podemos ver es que los jóvenes se pasan el día apoyados en un árbol debajo de la sombra, hablan de cosas irrelevantes y cuando se cansan de hablar de eso, cambian de tema para seguir hablando de otra cosa también totalmente intrascendente. Además de esto yo creo que mediante esa palabra del fragmento que he nombrado "Oyes" con esa "s" alfinal también quiere denunciar la incultura de la juventud. 

2- Sin embargo, es evidente que una vez leído el texto me queda una idea clara de cómo era para Sánchez Ferlosio esa juventud: ¿tiene inquietudes intelectuales? ¿tiene temas de conversación interesantes? ¿crees que es una juventud concienzada con la situación de España en aquellos momentos?  ¿con esta juventud el Régimen de Franco tiene posibilidades de venirse abajo?
En absoluto tiene inquietudes intelectuales, como ya dije antes es una juventud totalmente despreocupada de su situación actual, no son conscientes de lo que esta pasando en ese momento, y de lo que es peor, no saben que si no dejan de malgastar el tiempo lo único que harán es que esa situación paupérrima se mantenga. En absoluto tiene temas de conversación interesantes, como ya dije antes lo que hacen es hablar para pasar el rato sobre cosas irrelevantes y cuando se cansan cambian a otro tema que tiene la misma importancia que la anterior, cero. Con una juventud como esta el Régimen de Franco no tiene ningún peligro de venirse abajo, ya que la juventud es el futuro, y si la juventud que hay es así, el Régimen no corre ningún peligro ya que para poder echar abajo un Régimen o algo, lo primero es estar concienciados de qué es y qué se puede hacer, y lo segundo y lo más importante es saber razonar, si no saber razonar y no tienes las ideas claras, porque en vez de pensar en cómo salir de la situación te pasas las horas perdiendo el tiempo, es imposible revertir la situación de aquella época.
3- ¿Cómo crees que logra Sánchez Ferlosio darnos esta visión de la juventud española sin decírnoslo directamente?
Mediante conversaciones intrascendentes y sobre todo insinuándolo constantemente. Esto lo hace cuando en los diálogos no sale tema de conversación, y aún así la mantienen para, simplemente, pasar el rato.

Des­de el sue­lo veía la otra oril­la, los pár­pa­dos del fon­do y los bar­ran­cos en­negre­ci­dos, donde la som­bra crecía y avan­za­ba in­va­di­en­do las tier­ras, as­cen­di­en­do las lo­mas, ma­tor­ral a ma­tor­ral, has­ta aden­sarse por com­ple­to; par­da, es­qui­va y fe­li­na os­curi­dad, que las sumía en ace­cho de al­imañas. Se re­ce­la­ba un sig­ilo de zarpas, de gar­ras y de di­entes es­con­di­dos, una noche ol­fa­ti­va, vo­raz y san­guinar­ia, so­bre el pa­vor de in­de­fen­sos en­cames ma­ter­nales; cam­po ne­gro, donde el ojo de cí­clope del tren bril­la­ba co­mo el ojo de una fiera.
—Bueno, cuén­tame al­go.
Aún había mu­chos gru­pos de gente en la ar­bole­da; se oía en lo os­curo la musiquil­la de una ar­móni­ca. Era una mar­cha lo que es­ta­ban to­can­do, una mar­cha ale­mana, de cuan­do los nazis.
—An­da, cuén­tame al­go, Tito.
—Que te cuente, ¿el qué?
—Hom­bre, al­go, lo que se te ocur­ra, men­ti­ras, da igual. Al­go que sea in­tere­sante.
—¿In­tere­sante? Yo no sé con­tar na­da, va­mos, qué ocur­ren­cia. ¿De qué tipo? ¿Qué es lo in­tere­sante para ti, va­mos a ver?
—Tipo aven­turas, por ejem­plo, tipo amor.
—¡Huy, amor! — son­reía, sacu­di­en­do los de­dos —. ¡No has di­cho na­da! ¿Y de qué amor? Hay mu­chos amores dis­tin­tos.
—De los que tú quieras. Con que sea emo­cio­nante.
—Pero si yo no sé re­latar cosas román­ti­cas, mu­jer, ¿de dónde quieres que lo saque? Eso, mi­ra, te com­pras una nov­ela.
—¡Bueno! Has­ta aquí es­toy ya de nov­elas, hi­jo mío. Ya es­tá bi­en de nov­elas, ¡bas­tante me ten­go leí­das! Además eso aho­ra, ¿qué tiene que ver?, que me con­taras tú al­gún suce­so lla­ma­ti­vo, aquí, en este ra­to.
Tito es­ta­ba sen­ta­do, con la es­pal­da con­tra el tron­co; miró al sue­lo, ha­cia el bul­to de Lu­ci­ta, tum­ba­da a su izquier­da; ape­nas le en­treveía lo blan­co de los hom­bros, so­bre la lana ne­gra del bañador, y los bra­zos unidos por de­trás de la nu­ca.
—¿Y quieres que yo sepa con­tarte lo que no viene en las nov­elas? — le di­jo —. ¿Qué me vas a pedir?, ¿aho­ra voy a ten­er más fan­tasía que los que las redac­tan? ¡En­tonces no es­ta­ba yo despachan­do en un com­er­cio, vaya chiste!
—Por hac­erte hablar, ¿qué más da?, no cuentes na­da. Pues to­das traen lo mis­mo, si vas a ver, tam­poco se es­tru­jan los sesos, unas ve­ces te la po­nen a El­la ru­bia y a Él moreno, y otras sale El­la de more­na y Él de ru­bio; no tienen casi más variación...
Tito se reía:
—¿Y pelir­ro­jas na­da? ¿No sacan nun­ca a ningún pelir­ro­jo?
—¡Qué ton­to eres! Pues vaya una nov­ela, una en que fig­urase que Él era pelir­ro­jo, qué cosa más de­sagrad­able. To­davía si lo era El­la, tenía un pasar.
—Pues un pela­je bi­en boni­to — se volvía a reír —. ¡Pe­lo zana­ho­ria!
—Bueno, ya no te rías, para ya de reírte. Dé­jate de eso, an­da, es­cucha, ¿me quieres es­cuchar?
—Mu­jer, ¿tam­bién te mo­les­ta que me ría? Lu­ci­ta se in­cor­pora­ba; quedó sen­ta­da jun­to a Tito; le di­jo:
—Que no, si no es eso, es que ya te has reí­do; aho­ra otra cosa. No quería cor­tarte, só­lo que tenía ganas de cam­biar. Va­mos a hablar de otra cosa.
—¿De qué?
—No lo sé, de otra cosa. Tito, de otra cosa que se nos ocur­ra, de lo que quieras. Oyes, dé­jame un poco de ár­bol, que me apoye tam­bién. No, pero tú no te quites, si cabe­mos, cabe­mos los dos jun­tos. Só­lo un hue­quecito quería yo.


                                        TEXTO 2: LA MINA, Armando López Salinas

Este texto pertenece al realismo crítico ya que en este caso se puede apreciar claramente la crítica que hace a la sociedad con el tema del dinero, llegando a decir que la gente haría lo más miserable (incluso prostituirse) y lo que nadie quiere hacer a cambio de dinero. Esto se ve claramente aquí: "¿Te crees que los ri­cos quieren el dinero para hac­er obras de cari­dad? Lo quieren porque el dinero da el poder. Tienes dinero y le dices a un hom­bre que baile, y baila. ¿Se te en­capricha cam­biar las leyes o hac­er­las a tu me­di­da? Pues las cam­bias. ¿Quieres acostarte con una mu­jer, no im­por­ta cuál? Con bil­letes hay pocas que se re­sis­tan."

1- ¿Qué opina Laureano sobre las injusticias sociales?
Laureano opina sobre las injusticias sociales que es algo que ha existido siempre y que posiblemente tarde mucho en que deje de haberlas: "Y antes mand­aban los reyes, y aho­ra casi no hay más reyes que los cu­atro de la bara­ja. Y decían que el mun­do era plano, y re­sultó re­don­do y da vueltas alrede­dor del sol. Ca­da cosa es ver­dad en su tiem­po." Con esta última frase nos quiere decir esto, que a lo mejor se podría acabar con ellas pero desde luego no es algo inmediato.
2-¿Crees que confía en que se pueda acabar con ellas?
Yo creo que en parte sí pero no inmediatamente, sino con el paso del tiempo a lo mejor la situación social se podría ir mejorando: "Y antes mand­aban los reyes, y aho­ra casi no hay más reyes que los cu­atro de la bara­ja. Y decían que el mun­do era plano, y re­sultó re­don­do y da vueltas alrede­dor del sol. Ca­da cosa es ver­dad en su tiem­po." Con esta última frase se ve lo que he dicho antes que a lo mejor con el paso del tiempo sí.
3- ¿Quién crees que, en realidad, nos está transmitiendo estas ideas?
El autor. Este lo hace mediante una conversación es transmitir las ideas y los pensamientos que él tiene. 

—A mí me gus­taría que nue­stros hi­jos pudier­an es­tu­di­ar, que fuer­an al­go en la vi­da —in­ter­vi­no An­gus­tias.

—A mí no me parece mal que la gente ten­ga dinero; te­nien­do lo mío, no en­vidio a nadie. Lo que tenían que hac­er los ri­cos es dar tra­ba­jo y no me­ter el dinero en el Ban­co —asev­eró Joaquín.

—Lo tuyo, lo tuyo... ¿Qué es lo tuyo y qué es lo mío, «Granadi­no»? Tú eres un al­ma cán­di­da. ¿Te crees que los ri­cos quieren el dinero para hac­er obras de cari­dad? Lo quieren porque el dinero da el poder. Tienes dinero y le dices a un hom­bre que baile, y baila. ¿Se te en­capricha cam­biar las leyes o hac­er­las a tu me­di­da? Pues las cam­bias. ¿Quieres acostarte con una mu­jer, no im­por­ta cuál? Con bil­letes hay pocas que se re­sis­tan. El po­bre, métete­lo en la cabeza, vive si le de­jan, y si no le de­jan, ¡cá­gome en...!, lo en­tier­ran, y tal día hará un año.

—Lau­re­ano pien­sa mu­cho, pero ve la vi­da por el lao ma­lo —in­ter­vi­no la mu­jer del «As­turi­ano».

—¿Por cuál lao la voy a ver? Por el que tiene.

—Yo di­go que mien­tras se pue­da ir tiran­do no hay que me­terse en líos y dar gra­cias a Dios —di­jo An­gus­tias.

—Siem­pre ha habido ri­cos y po­bres —afir­mó Joaquín.

—Y antes mand­aban los reyes, y aho­ra casi no hay más reyes que los cu­atro de la bara­ja. Y decían que el mun­do era plano, y re­sultó re­don­do y da vueltas alrede­dor del sol. Ca­da cosa es ver­dad en su tiem­po. No hay más ver­dad que és­ta: el hom­bre lo ha he­cho to­do y lo cam­bia to­do. Yo he vis­to y leí­do mu­cho. Yo no soy un políti­co ni un pa­ni­aguas de nadie; pero siem­pre le es­toy dan­do vueltas a la cabeza pen­san­do en las cosas. Mer­cedes dice que soy un tostón y que abur­ro a to­do Dios.


                 3-  LA RENOVACIÓN NARRATIVA EN ESPAÑA: DE 1960 A 1975

             3.1- ¿Qué causas sociales, políticas y económicas explican la renovación de la novela española en la década de los 60?
Las causas que  van a contribuir a ello son que el turismo supone el conocimiento de unas costumbres hasta entonces desconocidas y la nueva Ley de Prensa de 1966 que hace menos rígida la censura y posibilita que las editoriales abran sus puertas a escritores extranjeros. Por tanto, nuestros escritores tienen cada vez más en cuenta las aportaciones de los grandes novelistas extranjeros, que habían irrumpido con fuerza tras la primera guerra mundial.





       
             3.2- ¿Qué causas literarias explican esta renovación: por qué se agota la fórmula de la novela social?
La causa de ellas es el cansancio que se va sintiendo por las novelas realistas que predominaban en esa época. Este cansancio surge por: 
-La novela realista social se había convertido en algo monótono ya que había un estereotipo que todos los autores seguían. 
-Se había empobrecido la forma de denunciar y la intensidad intelectual.
-La literatura como arma de combate no surge mucho efecto.
-Se habían olvidado y menospreciado las exigencias artísticas.
             3.3- ¿A qué generaciones pertenecen los autores que cultivan este tipo de novela?
Pertenecen a la generación conocida popularmente como "la generación de medio siglo".
 
             3.4- Explica en qué consisten las principales innovaciones técnicas que se emplean en la novela española de los años sesenta
Las principales innovaciones técnicas que se emplean en la novela española de los años sesenta son:
-Innovan con los personajes, surge el personaje colectivo. Estos son más difusos, no tienen una psicología clara.
-Innovan con el tiempo, juegan con él y lo desordenan.
-Innovan con el narrador, utilizan distintos narradores.
-Innovan con el lenguaje, lo trabajan mucho más, lo vuelven muy complejo, dicen cosas sencillas de forma compleja.

             3.5- TIEMPO DE SILENCIO

                   3.5.1- Autor y fecha de publicación
La novela "tiempo de silencio" fue publicada por primera vez en Barcelona en 1961 por la editorial Seix-Barral. Su autor es Luis Martín-Santos.




                                                                   Luis Martín Santos
        
                   3.5.2- ¿Cuál es la importancia de esta novela en la narrativa española en la década de los sesenta?
La importancia de esta novela en la narrativa española de la década de los sesenta es que introdujo muchas novedades tanto temáticas como referentes a las técnicas narrativas de la época. Tiempo de Silencio marcó un antes y un después. Después de que se publicara no se volvió a escribir una novela social.
                   3.5.3- Explica brevemente el argumento
En el Madrid de la posguerra, Pedro, un médico investigador del cáncer, se ve envuelto en un aborto clandestino, en unas chabolas a las que había ido para conseguir unos ratones. Se intenta enterrar el cadáver sin que nadie se enteré, pero un juez ordena la exhumación. Al enterarse, Pedro se esconde en un burdel. La policía pronto lo encuentra. Tras sufrir la maquinaria de la ley, finalmente logra demostrar su inocencia. Pero su novia, impuesta por las dueñas de la pensión, es asesinada por un chabolista vengativo, y Pedro vuelve derrotado a su pueblo buscar un trabajo lo más discreto posible.


                                                                 Aborto de Florita
  
                    3.5.4- Principales innovaciones:
                    
                    - Temáticas: ¿En qué se diferencia su forma de afrontar los problemas sociales de España respecto a las novelas sociales de la década anterior? 
-La primera novedad es que se hace una obra con una gran complejidad desde el punto de vista formal.
-La segunda novedad es que dice que los problemas de España no se limitan a ricos y a pobres. Que no todo se basa en las clases sociales sino en la propia raza humana, ya que la clase baja tiene el mismo egoísmo y el mismo ego que la de las clases altas.

                     - Explica todo lo que critica de España y di a quién echa las culpas de la situación del país?
No critica a nadie en particular, ni a ningún estamento social en particular, simplemente lo que hace es criticar al ser humano. También critica la incultura predominante en el país, donde la gente vive resignada,  el duro franquismo por el cual estaba pasando España en esa época...
                     -  ¿A qué generación vista este año te recuerda esta visión del país?
Estos novelistas, ya que rompen con las constantes de la novela realista, recuerdan a los novelistas del 98 y a los escritores de los años veinte y treinta. También nos recuerda a ellos la denuncia y la rebeldía que manifiestan en sus obras.




                   - Formales: ¿Cuáles son sus principales innovaciones técnicas o formales de Tiempo de silencio respecto a las novelas sociales? 
Las principales innovaciones técnicas son la extraordinaria riqueza de técnicas narrativas y de registros lingüísticos. Usa el monólogo interior, mezcla distintos estilos, divide en secuencias en blanco en vez de en capítulos.
                  ¿Qué diferencias hay entre el lenguaje de la novela y el lenguaje habitual de las novelas sociales?
El lenguaje que se emplea en la novela, a diferencia de las novelas sociales es un lenguaje muy eufemísitico, es decir, que no dice las cosas de una manera directa sino mediante un rodeo.
        - A continuación tienes dos fragmentos de la novela. Léelos y contesta las siguientes preguntas


                                                Muecas en el centro y Pedro a la derecha

                                                                 TEXTO 1

1-¿Dónde van Pedro y Amador?
Pedro y Amador se dirigen a la choza del Muecas. El autor la describe con un lenguaje irónico para que parezca un palacio.
2-¿Para qué van allí?
Van allí a por unos ratones que tiene el Muecas ya que los ha criado mediante una manera peculiar que se ha inventado y Pedro necesita para seguir investigando en la lucha contra el cáncer
.3-¿Quién es el Muecas?¿Cuántos miembros forman su familia? ¿Cómo duermen?¿Por qué?
El Muecas es un amigo de Amador, el ayudante de Pedro. A este le llaman Muecas porque es una persona que tiene muchísimos tics. Su familia esta formada por él, su mujer y sus dos hijas. Duermen los cuatro en el mismo colchón, para seguir con su filosofía de que lo mejor que hay es el calor humano, además de que esta manera de calentarse es la más sencilla y barata. Además hay otro colchón que ahora esta desocupado porque lo suele ocupar su primo que ahora está en la mili.
4-Explica el incidente de la limonada: ¿Qué ofrece el Muecas?¿Qué dice Amador?¿Qué le contesta la hija del Muecas?¿Qué le reprende el Muecas a su hija? ¿Crees que la reprende  porque el Muecas es una persona amable? Justifica tu respuesta
El muecas ofrece una limonada a Amador y otra a Pedro. Pedro rechaza la limonada y Amador dice que él se la tomará, a lo que la hija dice  "no está hecha la miel para la boca del asno", queriendo como dejar mal a Pedro por no tomársela. El Muecas le reprende a su hija la contestación tan seca y borde que le ha dado. No, el Muecas quiere parecer amable con ellos pero no porque él sea así, sino porque detrás de estas conversaciones y todo se haya un negocio que tiene establecido.

5-En este fragmento, se ve que también los miembros de los estratos sociales más bajos como el Muecas tienen un comportamiento interesado, es decir, que éste no es una característica exclusiva de las clases altas.  ¿Te recuerda esta forma de reflejar la sociedad a la que tenía Galdós en las novelas contemporáneas? Explica tu respuesta
Sí, Galdós dice que los problemas sociales no son culpa de las clases sociales, sino del propio ser humano.

6-Como ya sabes si has explicado ya el argumento de la novela, Pedro tiene que efectuar un aborto a la hija del Muecas después de que éste la hubiera dejado embarazada. Ya aquí se sugiere esta relación incestuosa: ¿Dónde?
"Porque al Muecas le agradaba tropezar de noche con la pierna de una de sus hijas. Porque así las tenía más vigiladas y sabía dónde estaban durante toda la noche que es la hora más peligrosa para las muchachas." Aquí se ve que las tenía vigiladas y que como al final dice:  "la noche es la hora más peligrosa para las muchachas." Aquí se ve que se insinúa levemente de lo que después pasará. 
7-Explica todos los pasos que siguen para conseguir que se reproduzcan los ratones.
Lo que el Muecas decía que hacía para que las ratonas cogieran el celo y así pode reproducirse es meter a las ratonas en bolsas de plástico y mientras las mujeres de la casa duermen que tuvieran entre los pechos esa bolsa para proporcionarles calor a las ratonas. De esta manera, según el Muecas, el celo llegaba el doble de rápido.8-¿Qué imagen da este fragmento del estado de la ciencia en España?  Explica tu respuesta 
Este fragmento da una imagen muy negativa del estado de la ciencia en España, ya que al doctor que, en principio, tiene la idea de luchar contra el cáncer se le mueren los ratones, mientras que a la persona más sucia, pobre e inculta se le ocurre una forma de manera casual de hacer que los ratones sigan viviendo porque hace que a las ratonas les llegue el celo. Es decir, con este fragmente quiere decir que el estado de la ciencia y la investigación de la época era horrible.9- Localiza en el texto anterior  algún ejemplo de ironía (decir lo contrario de lo que, en realidad, se quiere decir) 
"-El señor doctor lo que quiere -especificó Amador- es saber si tiene que meterte en la cárcel o no.
-¿Qué me dices? -exclamó bruscamente alarmado el Muecas, mientras que, no menos alarmado, don Pedro se deshacía en gestos denegatorios al mismo tiempo con la cabeza y con las dos manos (libre ya la derecha de la áspera limonada) para acabar diciendo:
-Nada de eso. Al contrario, agradecerle a usted si los ha cuidado bien y ha conseguido que críen."
Aquí lo que se ve es un ejemplo de como Amador le gasta una broma, es decir, usa la ironía para "asustar" al Muecas.

"Y tras haber contemplado el impresionante espectáculo de la ciudad prohibida"
Aquí usa también la ironía para hablar de las chabolas.

10- Una de las características del estilo de la novela es el uso de un lenguaje muy eufemístico (no decir las cosas de una manera directa sino mediante un rodeo, incluso a veces contrasta el lenguaje tan bello y elaborado con la realidad tan desagradable que está describiendo).Localiza algún ejemplo poniendo después lo que en realidad dice. Por ejemplo: "Efectivamente, la redondeada consorte del Muecas, que en contradicción con su marido, gozaba de una acentuada lisura e inmovilidad de rostro, escuchaba como si oyera la interpretación de una sinfonía aquella conversación" = "La mujer gorda del Muecas que, a diferenia de éste, no tenía arrugas oía lo que hablaban sin entender nada"
No de otro modo dispone el burgués los agasajos debidos a sus iguales haciéndoles pasar a la tranquila, polvorienta y oscurecida sala, donde una sillería forrada de raso espera el honroso peso de los cuerpos de aquellas personas que, dotadas de análoga jerarquía que los propios dueños de la casa, pueden ocupar sus sitiales y disponerse durante lapsos de tiempo variables a una conversación que -aunque aburrida y vacía- no deja de confortar a cuantos en ella participan a título de confirmación indirecta de la pertenencia a un mismo y honroso estamento social. 
Este fragmento lo que quiere decir hablando claramente es: El doctor va a pasar a la sucia sala donde durante un tiempo se va a sentar en una silla para hablar de cosas sin importancia.

Y tras haber contemplado el impresionante espectáculo de la ciudad prohibida con los picos ganchudos de sus tejados para protección contra los demonios voladores, descendieron Amador y don Pedro desde las colinas circundantes y tanteando prudentemente su camino entre los diversos obstáculos, perros ladradores, niños desnudos, montones de estiércol, latas llenas de agua de lluvia, llegaron hasta la misma puerta principal de la residencia del Muecas. Allí estaba el digno propietario volviéndoles la espalda ocupado en ordenar en el suelo de su chabola una serie de objetos heteróclitos que debía haber logrado extraer -como presuntamente valiosos- del montón de basura con el que desde hacía unos meses tenía concertado un acuerdo económico dé aprovechamiento. Mas en cuanto les hubo advertido gracias a un significativo sonido brotado de la carnosa boca de Amador, se incorporó con movimiento exento de gracia y en su rostro, surcado por las arrugas del tiempo y los trabajos y agitado por la rítmica tempestad del tic nervioso al que debía su apodo, se pintó una expresión de viva sorpresa.
-¡Cuánto bueno por aquí, don Pedro! ¡Cuánto por aquí! ¿Por qué no me has avisado?
Siendo esa pregunta dirigida a su amigo y casi pariente.
-Adelante. Pasen ustedes y acomódense.
No de otro modo dispone el burgués los agasajos debidos a sus iguales haciéndoles pasar a la tranquila, polvorienta y oscurecida sala, donde una sillería forrada de raso espera el honroso peso de los cuerpos de aquellas personas que, dotadas de análoga jerarquía que los propios dueños de la casa, pueden ocupar sus sitiales y disponerse durante lapsos de tiempo variables a una conversación que -aunque aburrida y vacía- no deja de confortar a cuantos en ella participan a título de confirmación indirecta de la pertenencia a un mismo y honroso estamento social. Así Muecas dispuso que don Pedro tomara asiento en una a modo de cama hecha con cajones que allí había y que en ausencia de sábanas cubría una manta pardusca. Y componiendo en su rostro los gestos corteses heredados desde antiguos siglos por los campesinos de la campiña toledana y haciendo de su voz naturalmente recia una cierta composición meliflua, consiguió articular con algún esfuerzo:
-Tomarán ustedes un refresco.
Tras lo que, olvidando momentáneamente su propósito de control prolongado del timbre áspero de su voz, gritó:
-¡Flora, Florita! ¡Trae una limonada en seguida! Que está el señor doctor.
Oyéronse unos ruidos secos y confusos en la parte de la chabola oculta a la vista desde la entrada por una tela colgante de color rojizo y naturaleza indefinida. A pesar de las protestas de don Pedro y de la risa socarrona de Amador, Muecas se obstinó en acelerar la marcha de los acontecimientos metiendo su cabeza crespa a través de este telón divisorio y rugiendo en voz baja diversas órdenes ininteligibles.
Reapareció más tarde componiendo su personalidad social en los diversos matices de la expresión del rostro (con dificultosa contención del tic irreprimible), de la inflexión vocal y hasta de la actitud corporal que se modificó en una tendencia apenas realizada de juntar sus hombros hacia adelante redondeando al mismo tiempo las espaldas.
Amador se había sentado en uno de los objetos que el Muecas ordenaba, que resultó ser una olla oxidada con un agujero. Pero así acomodado volvía sus espaldas a la puerta y la carencia de luz del interior de la chabola se hacía más evidente, por lo que el visitado dijo:
-Vamos, Amador. Échate a un lado. ¿No ves que quitas la luz al señor doctor?
Ya para entonces salía la descendencia del Muecas en sus funciones de homenaje a través de los velos que celaban el resto de sus propiedades inmuebles y, sonriendo con risa bobalicona que descubría el grueso trazo rojo de sus encías superiores sobre los dientes blancos y pequeños en medio de un rostro redondo, ofrecía en un vaso un poco de agua en la que debía haber exprimido un limón a juzgar por una pepita que como pequeño dirigible flotaba.
-¡Dásela, Florita! Que se refresque el señor doctor.
-Tenga, señor doctor -se atrevió a decir Florita poniéndose algo colorada, pero haciendo chocar su mirada negra con la también azorada de don Pedro.
Éste no osaba fijar la vista en ninguno de los detalles del interior de la chabola, aunque la curiosidad le impulsaba a hacerlo, temiendo ofender a los disfrutadores de tan míseras riquezas, pero al mismo tiempo comprendía que el honor del propietario exige que el visitante diga algo en su elogio, por inverosímil y absurdo que pueda ser.
-Está fresca esta limonada -eligió al fin.
-Estos limones me los mandan del pueblo -mintió Muecas con voz de terrateniente que administran lejanos intendentes- y perdonando lo presente, son superiores.
-¿Quiere usted otra? -dijo Florita.
Oferta a la que don Pedro opuso una rápida y firme negativa mientras que Amador decía confianzudo:
-Tráemela a mí, chavala.
-No se hizo la miel para la boca del asno -fue la vernácula respuesta de la moza con la que hizo visible que, del mismo modo que su padre, también ella era capaz -aunque más joven- de inventarse dos distintas personalidades y utilizarlas alternativamente según el rango de suinterlocutor.
-¡Dásela! -ordenó el padre más consciente de los lazos de tipo económico aseguradores de la subsistencia de la honrada familia que le unían con un miembro de la plantilla del Instituto, al que por otra parte debía no especificados favores y con el que había mantenido en guerra relaciones de camaradería que más tarde habían procurado los dos dejar sumidas en un profundo silencio, pero que no habían olvidado.
-Y no seas tan arisca con el tío Amador -añadió redondeando este nuevo género de homenaje, menos refinado socialmente hablando, pero quizá más definitivamente necesario en última instancia.
En esto, entraba por la puerta de la chabola, cortando otra vez el paso de la luz, un grueso cuerpo de mujer casi redondo, cubierto de telas pendientes de ese color negro que, con el paso de los años, va virando de una parte a pardo, de otra a verdoso, de modo comparable al colorido de las alas de algunas moscas caballunas y de algunas sotanas viejas.
-Usted perdonará, señor doctor -presentó el Muecas-, pero ésta es mi señora y la pobre no sabe tratar. Discúlpela que es alfabeta. Mira, Ricarda, éste es el señor doctor que nos honra con su visita.
-Por muchos años -dijo Ricarda. Ella traía una de las faldas que cual capas concéntricas acebolladas la recubrían, vuelta hacia sus manos y en ella un contenido indescriptible que, según dedujo Amador, era el pienso para los ratones. Esto le dio oportunidad para entrar en materia suspendiendo, por el momento, las muestras de hospitalidad y cortesía.
-Bueno, a lo que veníamos -dijo- que don Pedro no puede perder su tiempo en monsergas.
-Usted dirá, señor doctor.
-El señor doctor lo que quiere -especificó Amador- es saber si tiene que meterte en la cárcel o no.
-¿Qué me dices? -exclamó bruscamente alarmado el Muecas, mientras que, no menos alarmado, don Pedro se deshacía en gestos denegatorios al mismo tiempo con la cabeza y con las dos manos (libre ya la derecha de la áspera limonada) para acabar diciendo:
-Nada de eso. Al contrario, agradecerle a usted si los ha cuidado bien y ha conseguido que críen.
-¡Ah! Las ratonas -dijo el Muecas algo tranquilizado.
-Las ratoncitas, las ratoncitas -rió Florita olvidando su papel de modestia ruborosa-. Ya lo creo que crían las muy bribonas, ya lo creo. Mis sudores me cuesta y hasta algún mordisco.
Diciendo estas palabras desabotonó algo su vestido por el escote y efectivamente mostró a todos los presentes, en el nacimiento de su pecho, dos o tres huellecitas rojas que pudieran corresponder a las
estilizadas dentaduras de las ratonas en celo.
-Todo era por el frío -aclaró el Muecas pozo de sapienza, tomando su talante más solemne y componiendo el rostro-. Seguro que en las Américas las tienen en incubadora. Y no como aquí que estamos en la zona templada.
Amador le miraba socarrón y casi reía, pero haciendo caso omiso del efecto que producían en su viejo camarada de armas estos pingajos deslucidos de una cultura cuyos orígenes permanecían enigmáticos, continuó:
-Es cosa sabida, que el calor da la vida. Como en las seguidillas del rey David. Dos doncellas le calentaban, que si no ya hubiera muerto. Y lo mismo se echa de ver en las charcas y pantanos. Basta que apriete el sol para que el fangal se vuelva vida de bichas y gusarapos. No hay más que
ver los viejos apoyados en las tapias en invierno. ¿Qué sería de ellos si no fuera por el calorcillo de las tres de la tarde? Ya no habría viejos. Así les pasaba a ellas. ¿Cómo les iba a llegar el celo si no tenían calor ni para seguir viviendo? Por eso se les hinchaban esos como testículos, con perdón, y cuando se morían que usted se quemaba las pestañas en estudiar el porqué, no era más que de frío.
Atónito escuchaba don Pedro aquella teoría etiológica del cáncer espontáneo a frigore interesado en saber qué consecuencias profilácticas Muecas había deducido, las que habían sido hábiles no sólo para conservar la vida de los ratones, sino para asegurar su reproducción.
-¿Adónde va usted a parar, padre? Y cómo que se engloria en sus explicaciones y no hay quien lo pare. Lo que es mi padre debía haber sido predicador o sacamuelas. Y aún dicen de él que es bruto. Bruto no le es más que en lo tocante a caráter, pero no en el inteleto.
-¡Calla, tonta! -protestó modestamente-. El hecho es que dándoles el calor natural que les falta los ratones crían y ya veo que usted sabía adónde venir a buscarlos. Aquí los tengo, sí señor doctor, a los hijos de los hijos que no quiero llamar nietos, ya que no parece cosa de animales reconocer tanta parentela. Y también a los hijos de los hijos de los hijos.
-O séase los biznietos -rió Amador coreado por Florita, que había dado ya definitivamente al olvido sus rubores desde el punto en que enseñó su escote y en él las marcas que la calificaban como mártir de la ciencia.
-Padre lo ingenió todo. Pero yo y mi hermana las que tuvimos que cargar con la pejiguera de las ratoncitas.
-Calla, hija. Y no hables más que cuando te pregunten. Mira tu madre qué callada está y qué poco molesta. Y, sin embargo, aguantó la misma pejiguera.
Efectivamente, la redondeada consorte del Muecas, que en contradicción con su marido, gozaba de una acentuada lisura e inmovilidad de rostro, escuchaba como si oyera la interpretación de una
sinfonía aquella conversación. Era evidente que a pesar de no entender jota de lo que se decía, gozaba con los sonidos que los presentes exhalaban. Para ser menos engorrosa se había sentado en el suelo y sus piernas redondas, blancas y sin tobillo asomaban bajo la halda de sus múltiples coberturas, mientras mantenía aún firmemente en su regazo el pienso de los milagrosos ratones.
-¿Puedo preguntar cómo les dio usted ese calor natural? -dijo don Pedro tras unos minutos de asombrada escucha.
-Puede usted preguntarlo, pero yo no se lo diré por respeto.
-Bueno -terció Amador-. Ya me lo dirá a mí más tarde. Vamos a ver ahora esos biznietos y sepamos si son bastardos o no lo son. Porque si lo fueran, para nada los querremos. Tiene que ser hermano con hermana y a lo más hija con padre.
-Así lo son -afirmó rotundo.
Pero no hubo más. Muecas no quiso enseñar sus instalaciones. Prometió llevar las crías a 1 punto y hora indicados, pero no quiso que sé molestaran en penetrar más adelante en su guarida. La curiosidad era demasiado grande para que don Pedro consintiera ahora en marcharse después de haber bebido íntegra su limonada. Necesitaba llegar hasta el fondo de aquella empresa de cría de ratones que -simultáneamente- era empresa de cría humana en condiciones -tanto para los ratones como para los humanos- diferentes de las que idealmente se consideran soportables. Los olores que tras el colgante velo rojizo llegaban a la zona más densamente habitada de la chabola, la misma presencia a sus pies de la mole mansa y muda de la esposa, las mordeduras de la muchacha toledana formaban, junto con la mentalidad científico-razonante del Muecas, un conjunto del que no podía apartarse fácilmente y que quería conocer aunque en el intento hubiera tanto de fría curiosidad como de auténtico interés, tanta necesidad de conseguir ratones para su investigación como concupiscencia por ver la carne del hombre en sus caldos más impuros.
En la parte interior de la chabola del Muecas estaba el campo de cultivo de la raza cancerígena. Cada ratón estaba metido en una jaula de pájaro de alambre oxidado. Estas jaulas habían sido obtenidas en los montones de chatarra y rudamente reparadas por el propio Muecas con ayuda de su hija, la pequeña, que tenía dedos hábiles. Las jaulas estaban colgadas por las paredes de la estancia. En sus comederos blancos de loza, la compañera colocaba el pienso traído en su falda. La pequeña habitación estaba hecha de tableros algo abarquillados por la humedad, pero en lo esencial lisos. Las hendiduras entre los tableros habían sido tapadas con trapos viejos consiguiendo así un compartimiento estanco. Las jaulas estaban colgadas artísticamente al tresbolillo, procurando una distribución armoniosa de los huecos, de las luces y de las sombras como en una pinacoteca cuyo dueño -excesivamente rico- ha comprado más cuadros de los que realmente caben. En el suelo de esta reducida habitación había un gran colchón cuadrado. Por un lado entraban los cuerpos del Muecas y su consorte, por el otro lado los más esbeltos de sus dos hijas núbiles. En el pequeño colchón del aposento anterior en que se había sentado don Pedro, solía dormir un primo que ahora estaba en la mili. Pero seguían durmiendo los cuatro juntos en el colchón grande por varios motivos: porque los cuatro cuerpos juntos elevaban la temperatura de la cámara estanca (así pasaban menos frío, así estaban también mejor los ratones según la teoría del Muecas). Porque ya se habían acostumbrado. Porque al Muecas le agradaba tropezar de noche con la pierna de una de sus hijas. Porque así las tenía más vigiladas y sabía dónde estaban durante toda la noche que es la hora más peligrosa para las muchachas. Porque se necesitaban menos sábanas y mantas para poder vivir, habiendo sido por el momento pignoradas las que utilizaba el mozo en edad militar. Porque el olor de los cuerpos -cuando uno se acostumbra- no llega a ser molesto resultando más bien confortable. Porque el Muecas se sentía, sin saber lo que significaba esta palabra, patriarca bíblico al que todas aquellas mujeres pertenecían. Porque la consorte del Muecas le tenía algo de miedo y no podría soportar sus cóleras sin la problemática ayuda de la presencia muda de sus hijas. Porque la última ratio de la reproducción ratonil consiste en conseguir el celo de las ratoncitas de raza exótica. Porque el Muecas había dispuesto tres bolsitas de plástico donde se metían las ratonas y eran colgadas entre los pechos de las tres hembras de la casa. Porque creía que con este calor humano el celo se conseguía dos veces más fácilmente: por ser calor y por ser calor de hembra. Porque no quería que este proceso de maduración de la mucosa vaginal de las ratonas pudiera interrumpirse si sus rapazas durmieran en la cámara exterior donde faltando un adecuado cierre de los huecos entre los tableros y la promiscuidad nocturna, el calor era más escaso. Cuando el celo de la ratona se había conseguido, el Muecas la extraía cuidadosamente de la bolsita de plástico donde había pasado varias noches y la depositaba en la jaula talámica donde el potente garañón era conducido también siempre apto para la cópula y especialmente proclive a ella al percibir los estímulos aromáticos del estro. Esta jaula copulativa estaba tapizada de arpillera aderezada con guata y miraguano, materiales ellos aptos para la construcción del nido pero que luego el Muecas sustraía a las hembras grávidas fuera de la hora del amor, como si pensara que la visión de tales riquezas para el alhajamiento del futuro hogar pudiera estimular su entusiasmo afrodisíaco. Una vez iniciada la gestación nunca volvieron a gozar de tales guatas y miraguanos que hubieran encarecido de modo excesivo los gastos de cría, sino que tenían que arreglarse con un poco de paja común en sus aéreos palacetes. Las ratonitas o ratonitos, una vez nacidos, sé anunciaban con una música sutilísima de pequeños píos ruiseñoriles, mientras que las madres, a diferencia de la especie humana, eran capaces de parir sin gritar en reverente silencio ante los misterios de la naturaleza que en ellas mismas se realizaban. Conseguido este parto pudibundo y a veces nocturno, la mañana de la familia muequil era alegrada por los juveniles píos y las muchachas se reían desde la misma cama, envueltas en sus camisones blancoscuros, sin manga, gritando: «Padre, ya parió la de arriba», «Padre, ya parió la mía, la que me dio el mordisco», «Padre, ya le dije que estaba mal cubierta, está sólo llena de aire y de indecencia la muy guarrona que comía sin parar y luego no le dejó al Manolo que estaba todo triste», «¡Qué se habrá creído la muy monja, más que monja!». Muecas, si había bebido demasiado la noche antes, no hacía caso de los gritos de sus hijas y metía la cabeza otra vez bajo la manta gruñendo mientras que la redonda consorte laboraba en la parte de afuera o había ya partido hacia el montón de basura contratado. 
                                                           
                                                                     TEXTO 2


                                                                        Pedro
Este fragmento es el final de la novela cuando Pedro, tras su fracaso profesional y personal, se marcha de Madrid. Está buscando un taxi que le lleve a la estación de Príncipe Pío. Lélo y contesta las siguientes preguntas:

1- El fragmento es un claro ejemplo de uno de las técnicas narrativas nuevas que Luis Martín Santos introduce en la novela. ¿Cómo se llama esta técnica? ¿En qué consiste? ¿Por qué crees que lo que en ella aparece no tiene ninguna lógica?
La técnica narrativa nueva que Luis Martín Santos introduce en la novela es el monólogo interior. Esta consiste en largas charlas con uno mismo que mantiene el personaje a lo largo de la novela. Yo creo que por lo que en ella no aparece ninguna lógica es porque cuando nosotros hablamos o pensamos con nosotros mismos no lo hacemos siguiendo todas las palabras al pie de la letra ni nada, sino que dejamos aflorar lo que tenemos en nuestro interior, es decir, nuestro inconsciente. Entonces al dejar salir esto no sale nada con vocabulario correcto ni un orden adecuado de las palabras, sino que expresamos para nosotros mismos lo que nos está pasando por la cabeza en ese momento. "Príncipe, príncipe, principio del fin, principio del mal. Ya estoy en el principio, ya acabó, he acabado y me voy. Voy a principiar otra cosa." Aquí vemos como a medida que va pensando va hilando los temas y le van aflorando solos sin necesidad de seguir un orden correcto de palabras, ni siquiera de decirlas bien.

2- A continuación tienes una lista de todos los pensamientos que se le van mezclando mientras busca taxi y llega a la estación de Príncipe Pío. Númeralos por orden de aparición:

- Tiene que comprar una novela policiaca del inpector Maigret -10º
-Los mozos de la estación son fuertes - 11º
-Ahora va a un pueblo donde podrá cazar - 5º
-No hay auténticos amigos - 2º
-No sabe quién fue Príncipe Pío - 1º
-Las ancas de rana están muy buenas - 6º
-Se va por el mismo sitio por donde llegó - 3º
-En la estación hay ascensores para bajar - 9º
-Las autopsias no sirven para nada - 4º
-Recuerda a Florita muerta en la chabola - 7º
-En el nuevo pueblo se va a aburrir - 8º

Si no encuentro taxi no llego. ¿Quién sería el Príncipe Pío? Príncipe, príncipe, principio del fin, principio del mal. Ya estoy en el principio, ya acabó, he acabado y me voy. Voy a principiar otra cosa. No puedo acabar lo que había principiado. ¡Taxi! ¿Qué más da? El que me vea así. Bueno, a mí qué. Matías, qué Matías ni qué. Cómo voy a encontrar taxi. No hay verdaderos amigos. Adiós amigos. ¡Taxi! Por fin. A Príncipe Pío. Por ahí empecé también. Llegué por Príncipe Pío, me voy por Príncipe Pío. Llegué solo, me voy solo. Llegué sin dinero, me voy sin... ¡Qué bonito día, qué cielo más hermoso! No hace frío todavía. ¡Esa mujer! Parece como si hubiera sido, por un momento, estoy obsesionado. Claro está que ella está igual que la otra también. Por qué será, cómo será que ahora no
sepa distinguir entre la una y la otra muertas, puestas una encima de otra en el mismo agujeró: también a ésta autopsia. ¿Qué querrán saber? Tanta autopsia; para qué, si no ven nada. No saben para qué las abren:un mito, una superstición, una recolección de cadáveres, creen que tiene una virtud dentro, animistas, están buscando un secreto y en cambio nodejan que busquemos los que podíamos encontrar algo, pero qué va, para qué, ya me dijo que yo no estaba dotado y a lo mejor no, tiene razón, no estoy dotado. La impresión que me hizo. Siempre pensando en las mujeres. Por las mujeres. Si yo me hubiera dedicado sólo a las ratas.¿Pero qué iba a hacer yo? ¿Qué tenía que hacer yo? Si la cosa está dispuesta así. No hay nada que modificar. Ya se sabe lo que hay que aprender, hay que aprender a recetar sulfas. Pleuritis, pericarditis, pancreatitis, prurito de ano. Vamos a ver qué tal se vive allí. Se puede cazar. Cazar es sano. Se toma la escopeta de dos cañones como el tío Miguel, el hombre de la bufanda y pum, pum, muerta. Hay muchas liebres porque los cultivos son pocos. Es una gran riqueza de caza, el monte salvaje. Cazar, cazar todos los días de fiesta y por la tarde en verano, cuando ya ha caído el sol, entre los rastrojos y la jara a por liebres. Las perdices en el rastrojo, gordas como mujeres, después de la siega; en el rastrojo van cayendo, perseguidas a caballo. No pueden correr de tanto grano que han comido y el tío Miguel las va cogiendo con la mano cuando pierden el aliento. ¡Qué rica la perdiz en salsa de perdiz, espesa, caliente, marrón como con aguas verdes! Y las ancas de rana; a las ranas se las coge sin cebo, sólo con un trapo rojo atado a un hilo,echan su lengua retráctil, la meten en la boca con el trapo y ya está; ancas de rana, igual a pechuga de pollo. ¡Qué buenas! Ancas redonditas, blancas; hace diez años que no veo más ranas que para estudiar la circulación mesentérica en vivo, los hematíes pálidos corno lentejas viudas por la red capilar y el animal desnudo, sin piel, ni pelo, ni pluma, ya desollado antes de que se le agarre, hecho un san Martín, el animal desnudo con su aspecto de persona muerta antes de que se le mate, sólo las lentejas circulando por la red venosa del mesenterio, la vivisección. Esto es, la vivisección, las sufragistas inglesas protestando, igual exactamente, igual que si fuera eso, la vivisección. Ellas adivinan que son igual que las ranas si se las desnuda, en cambio Florita, la desnuda forita en la chabola, florecita pequeña, pequeñita, florecilla le dijo la vieja, florecita la segunda que... ajjj... Me voy, lo pasaré bien. Diagnosticar pleuritis, peritonitis, soplos, cólicos, fiebres gástricas y un día el suicidio con veronal de la maestra soltera. Las muchachas el día de la fiesta, delante de la procesión, detrás del palio, rojas, carrilludas, mofletudas, mirando de lado hacia donde yo estoy asqueado de verlas pasar, mirando sus piernas, sentado en el casino con dos, cinco, siete, catorce señores que juegan al ajedrez y me estiman mucho por mi superioridad intelectual y mi elevado nivel mental.Ya está, P.Pío. Sí por arriba. Luego,
se baja en un ascensor gratis con un tornillo por debajo que parece que le están dando... Comprar un megret para el tren,hace tiempo que no leo policíacas, a mí policíacas. Por qué serán siempregallegos los mozos, qué gana un mozo, dónde tiene oculta toda esa fuerza. Tendrían que coger los gallegos o asturianos porque andaluces y manchegos no podrían. Hace falta fuerza. Son sanguíneos,sonrientes,grasientos,humildes, saben que son mozos de cuerda, se lo tienen biensabido, no pretenden otra cosa que ser mozos del exterior, mozos del interior, llevar cuantos más bultos. Les basta contar uno, dos, tres,
                                               4- LA NOVELA A PARTIR DE 1975

            4.1- ¿Qué consecuencias tuvo el hecho de que casi todos los novelistas españoles pretendieran basar sus novelas en originales innovaciones formales? ¿Qué aspecto fundamental del género "novela" olvidaron y descuidaron?
Las consecuencias fueron que de tanto querer experimentar se dejaron de lado un aspecto fundamental en la novela que era el argumento y la intriga. 
            4.2- ¿Qué novela supuso un nuevo punto de partida en la narrativa española?
La novela que supuso un nuevo punto de partida en la narrativa española fue "La verdad sobre el caso Savolta". Ya que esta dio un nuevo punto de vista sobre la escritura de las novelas, volviendo más a lo que era la novela tradicional y dejando más atrás la novela experimental.


            4.3- Autor y fecha de publicación
Esta novela fue publicada por Eduardo Mendoza en 1975.




             4.4- ¿Qué aportó respecto a las novelas que se estaban escribiendo entonces?
Aportó la "enseñanza" a otros autores de que se podía hacer perfectamente una novela experimental pero sin dejar descuidada y de lado un buen hilo argumental manteniendo la intriga hasta el final. 

             4.5- Explica brevemente de qué iba
 En la novela se cuentan unos hechos ocurridos en Barcelona entre 1917 y 1919 por Javier Miranda que está en un juicio (que se celebra para poder cobrar el seguro de vida que dejó Lepprince para Mª Rosa Savolta) en Nueva York en 1927. Luego toda la novela está basada en el recuerdo.